Opinión

PUNTOS… Y PICAS

PUNTOS… Y PICAS

POR: Carlos Manuel Estrella
puntosyenfoques@hotmail.com
La avalancha de Miranda

 

La defensa de Loma Miranda, reserva forestal patrimonio nacional, se ha convertido en movimiento con fuerza de avalancha que arrastrará a políticos, empresarios y medios que se coloquen en contra, en reedición del caso de intento de instalación cementera en Los Haitises.

La historia de la lucha comunitaria de Gonzalo para impedir la fábrica en área de parque nacional fue un fenómeno que logró derrotar al poder mediático empresarial y que concitó apoyo de jóvenes, y no tan jóvenes, redes sociales y organizaciones no gubernamentales.

Aquel caso marcó precedente. Hoy, a pesar de vericuetos de prensa, subterfugios legislativos y malabarismos político-empresariales de senadores y funcionarios comprometidos con intereses contrarios a defender el medio ambiente, propiciar la explotación de esta loma será suicidio político.

El Senado está en la disyuntiva de convertir en ley el proyecto declarado de urgencia y aprobado en dos lecturas consecutivas por la Cámara de Diputados para que Loma Miranda sea parque nacional, modificarlo para obligar a nueva discusión, o dejarlo sobre la mesa para que perima.

La aprobación legislativa sacaría del fuego al Poder Ejecutivo que, ante una ley, por mandato constitucional tiene que cumplirla y respetar, de manera que complacer la canadiense Xstrata Nickel y su división Falcondo escaparía de sus atribuciones, pendiente del resarcimiento de daños, si hubiera.

La iglesia católica, bajo el liderazgo del obispo vegano Antonio Camilo González con apoyo de más de 50 sacerdotes diocesanos, se anotará un triunfo con este caso porque ha tomado la vanguardia del movimiento, al que se suman sectores comunitarios, profesionales, políticos y de otras índoles.

La defensa de Miranda tiene fuerza irreversible, es hecho consumado, quien intente explotar esta zona bajo el argumento que sea, será condenado públicamente, por eso, quienes quieren estar bien con Dios y con el diablo serán arrastrados por esta avalancha.

El Nacional

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