Opinión

PUNTOS… Y PICAS

PUNTOS…  Y PICAS

Danilo a mitad de camino

 

El presidente Danilo Medina cruza el ecuador de gestión con altísima evaluación positiva pese a persistentes problemas no resueltos y percepción de estar concentrado en gobernar, no en continuismo. El punto más luminoso de su gestión es, sin dudas, el afán por mejorar educación mediante construcción de escuelas para la tanda extendida que deberá ser su principal logro al iniciar tercer año.
El gobernante ha sido coherente con palabra al destinar el 4% presupuestal para educación que facilita su “revolución educativa”, hasta ahora de infraestructuras, con antecedente positivo del impactante plan nacional de alfabetización.
Otro aspecto resaltante es su reiterado interés, puntual, de estimular con financiamientos sectores de micros y pequeños empresarios, con énfasis productores agrícolas, en visitas rurales semanales que aumentan su empatía y popularidad.

El cambio de estilo, más de forma que de fondo, es punto positivo que genera buena voluntad por accesibilidad, capacidad de escuchar y ponerse en sintonía con gente, incluso revocando o aplazando medidas impopulares.

A pesar de reactivación económica, segmentos poblacionales que han salido de pobreza según cifras y crecimiento producción anunciados por Banco Central, el indetenible endeudamiento interno y externo sigue agitado curso como bola nieve.
Las malas notas del bienio de Medina son inseguridad ciudadana expresada en incontrolada delincuencia y crisis energética financiera, no obstante propósitos de cambio en matriz eléctrica, como si fiebre estuviese en la sábana no en contratos leoninos con generadores.

Salud Pública y Seguridad Social quedan como materias pendientes, desafíos inmediatos para abonar deuda histórica.
El fantasma de “reelección” ronda Palacio Nacional, guiado por alabarderos de siempre, con carácter cíclico y también de enseñanzas repetidas como la ocurrida al último mandatario perredeísta. Medina está a mitad de camino con buenas notas y amenazas de iniciar curva descendente de popularidad, constante histórica presidencial, su reto será vencer esa tendencia.

El Nacional

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