Desde hace décadas, grupos de izquierda insisten en que en el país debe haber una constituyente, pero, falta explicar cómo debe llevarse a cabo y su significado.
Una Asamblea Constituyente es una de las formas de cómo el pueblo participa en la construcción de su propio destino político-social.
Primero con la escogencia de delegados o diputados que han de hablar a su nombre; segundo reuniéndose para discutir las propuestas previamente consensuadas; tercero, la Asamblea Constituyente se mantiene reunida hasta aprobar la nueva constitución; cuarto, por haber emanado del Soberano (El pueblo), es obligatorio que se promulgue; quinto, el Poder Constituido no deberá interferir con el mandato libérrimo de los ciudadanos.
En síntesis, todas las jurisdicciones, los ciudadanos aptos para ejercer sus derechos políticos votan y eligen diputados que deberán reunirse y discutir para aprobar, modificar o rechazar todos los articulados que compondrán la nueva constitución.
Siendo la constitución un pacto político entre quienes gobiernan y los ciudadanos, y a la vez un conjunto de principios políticos-jurídicos para determinar cómo se instituyen los poderes del Estado; una constituyente devolvería al pueblo la soberanía que en 2010 se le usurpo al disponerse que un poder constituido (La Asamblea Nacional) hiciera una nueva constitución sin ser parte de sus atributos y así despojaron al pueblo del derecho histórico de hacer un nuevo pacto fundamental. Esta trapisonda se hizo por mandato del doctor Leonel Fernández que la convocó para beneficio de su partido.
Hecha la constitución, se procede a organizar las leyes que deben reflejar la manera de cómo deben actuar los gobernantes o el poder instituido y los derechos y deberes que les corresponden a los ciudadanos; conscientes de que las leyes regulan las relaciones entre los individuos y entre estos y las instituciones (relaciones entre el Estado y la Sociedad Civil).
Una nueva constitución emanada de una constituyente funda una nueva legalidad, que es lo que está clamando a gritos el país a lo largo de su geografía en las Marchas Verdes, por la ilegalidad en que han caído el Gobierno y el Estado.
En República Dominicana, la mayoría de las constituciones han sido aprobadas por diputados que han buscado favorecer los requerimientos de sus jefes políticos en un momento determinado.
Por eso, los ciudadanos no conocen el contenido de las constituciones y las leyes, concebidas casi siempre al margen del interés de las mayorías nacionales y por ello a las masas no les importa su contenido ni lo que hagan los llamados senadores y diputados, generándose una grave crisis de legitimidad, como la que padece el actual Congreso.
Cuando un país identifica problemas generales, busca alternativas de solución, participa en los eventos para proponer, discutir y aprobar las leyes, entonces se produce el proceso de juridificación y como los ciudadanos han participado en dicho proceso, conocen y defienden la constitución y las leyes que se inspiran en ella porque tomaron parte en su creación y se sienten representados en ella y en las leyes.
El caso más emblemático se dio en 1963, cuando Bosch sometió su proyecto de constitución.
Amplios sectores tomaron parte en los debates que precedieron su aprobación, y al promulgarse la hicieron suya, la defendieron y más tarde se fue a la guerra para defender sus principios, ya que estaba identificado con esta parcial o totalmente y lo mismo ocurrió en la de 1858, de Moca y todo el Cibao que precedió a la Guerra Popular Campesina de 1863-65, conocida como de La Restauración.
Al pedir que el Movimiento Verde haga suya la petición de la constituyente, se aspira a elevar la conciencia y participación del pueblo para que proponga soluciones a los problemas nacionales, los discuta y apruebe el contexto jurídico para que las leyes que han de regular un nuevo orden institucional permitan resolver los problemas macros del país.
Al tiempo que toma participación en la juridificación de los problemas que aquejan a la nación; ese sería uno de los mayores procesos de ciudadanización de nuestra historia.
Además, se busca que los dominicanos superen la anomia que les abate, la tarea de organizar una constituyente que dote a República Dominicana de una nueva constitución política y eleven sus compromisos consigo mismos en las actuales condiciones de globalización o mundialización, para así ingresar a lo glocal con plena consciencia.
El autor es historiador.