POR: Rafael Ciprián
rafaelciprian@hotmail.com
Fin de mora judicial
La mora judicial es uno de los problemas más graves que tiene el Poder Judicial, y aseguro con humildad que sé cómo eliminarla. Propongo dos ideas claves para erradicarla. El doctor Mariano Germán, presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y del CPJ, junto a los demás servidores judiciales, luchamos contra la mora, y hay que vencerla con inteligencia, para el bien de la sociedad.
Todos los jueces quieren evitar la mora judicial, pero pocos lo logramos. El autor de esta columna siempre tiene su despacho al día, sin mora. Sabemos que una justicia retardada es una justicia denegada. La mora judicial consiste en que los expedientes que están en estado de fallo, por diversas razones, se amontonan más allá del plazo legal y del tiempo razonable. Duermen el sueño eterno. Muchos casos reciben soluciones cuando ya es tarde para hacer valer el derecho. La justicia tiene que ser pronta, eficaz y eficiente. La mora judicial es un cáncer de la justicia.
¿Cómo eliminar la mora judicial en todo el Poder Judicial? Con dos ideas esenciales: Primera, aligerando la carga de trabajo del juez y, segunda, poniéndolo en condiciones de ser más eficiente. La primera se logra implementando con amplitud la Jurisdicción Voluntaria Notarial (JVN). Y, la segunda, con reeducación y recursos humanos y técnicos. Esto está claro.
La JVN se implementa con una ley que libera a los jueces de la mayoría de los expedientes que se deciden por vía administrativa, con resolución, sin conflicto, y que el magistrado solo homologa documentos y voluntades de los interesados, sin fijar audiencia y sin la fuerza jurídica de una sentencia. El Notario Público recibiría la competencia legal para legalizar, como oficial público que es, esos casos. ¿Qué hace un juez, que no pueda hacer un Notario, en la rectificación de un acta del estado civil, en un divorcio por mutuo consentimiento, en una conciliación laboral, en una determinación de herederos sin pleito, en un deslinde sin contestación, en una disolución voluntaria de bien de familia, etc.?
Así todos salimos ganando. El Poder Judicial se descongestionaría. Los particulares recibirían el mismo día o al siguiente la solución legal de sus casos, cuando el juez dura meses y años, y más económica, porque la notaría lo permite. El Notario ampliaría su mercado laboral, con ingresos para no ejercer como abogado. El Estado cobraría más impuestos y en menos tiempo. Los abogados recibirían honorarios por consultas más efectivas frente a sus clientes y a los Notarios. Las instituciones funcionarían más y mejor. Habría más satisfacción social. El Notariado estaría más capacitado, fiscalizado y supervisado por la SCJ, su Colegio, el Estado y las universidades.
Muchos países tienen la JVN: Puerto Rico, Cuba, Guatemala, Perú, El Salvador, Venezuela, Bolivia, España, Francia, etc. ¿Por qué nosotros no? Hay mucha doctrina sobre la JVN.
Tenemos las condiciones para la JVN. Hagamos mejor justicia.

