Ante las observaciones que hemos hecho, continuaremos con nuestro discurso, el cual muchos consideran que es un esfuerzo que podría perecer, no así lo creemos nosotros. Continuaremos presentando algunas ideas, las cuales entendemos podrían ser parte del debate por el que transita la izquierda en nuestro país.Por ejemplos, el estilo musical es un instrumento de enajenación y adoctrinamiento, impulsando a la juventud hacia comportamientos desenfrenados, como el crimen, el robo, el sexo descontrolado y el consumo de drogas.Su objetivo es perpetuar el dominio de la burguesía y el imperio.
No así la necesidad de dictaduras o fraudes electorales; ahora con grandes sumas de dinero el triunfo está asegurado. En los barrios, se compran votos por pequeñas cantidades reflejando una dura realidad que hemos permitido.
La fragmentación y el choque de ideas dentro de los movimientos y partidos de izquierda han impedido la creación de un bloque unificado que represente a todas las sub corrientes políticas. Esto ha dificultado que estas corrientes sean más atractivas para una población que observa, muchas veces en silencio, el comportamiento de las ideas que sustentan a nuestros partidos.El panorama político está influenciado por la situación internacional.
En América Latina, ejemplos como el chavismo en Venezuela, el MAS en Bolivia, el sandinismo en Nicaragua, el campesinado con Castillo en Perú y el triunfo de Petro en Colombia muestran que no todo está perdido. Estos referentes sugieren que es posible rearmar la utopía y revisar nuestras fallas, debilidades y potencialidades.
Es fundamental abordar esta situación con un enfoque científico, utilizando el marxismo como método, pero sin desestimar otras perspectivas.Es crucial superar individualidades, sectarismos y oportunismos, tanto a nivel personal como grupal, así como las desviaciones de derecha que afectan nuestra relación con la población. Reconocemos que no será fácil deshacerse de los vicios burgueses que nos han permeado, pero es necesario intentarlo.
Debemos atrevernos a creer que es posible, siempre que dejemos de lado actitudes negativas y redoblemos esfuerzos para construir un verdadero instrumento político revolucionario.Este proyecto es de largo aliento, sin una fecha límite ni pausas, adaptándose a las circunstancias del momento y considerando el contexto internacional y geopolítico. La clave está en la perseverancia y en la voluntad de transformar la realidad, guiando al pueblo hacia un futuro más justo y equitativo.
Por: Francisco Miguel Herrera