La llegada de los Santos Reyes Magos al lugar de nacimiento del niño Jesús, un día como hoy 6 de enero, trece días después de su nacimiento el 25 de diciembre, es considerada una epifanía del Señor, o sea, una manifestación divina.

Inician estas dos fechas lo que conocemos como la “Era Cristiana”, la cual, con sus valores del amor al prójimo y la práctica del bien común revolucionó, influyó y se expandió por todo el mundo.

Desgraciadamente, hoy vemos como en nuestro país y muchas partes del globo terráqueo, la natividad y epifanía del Señor se ha profanado, a tal punto, que muy pocas personas, incluyendo algunos pastores y sacerdotes, se preocupan por saber, educar y promover los valores cristianos del amor y el bien común, para que estos sean aplicados en escenarios políticos.

En estos tiempos se han transformado los propósitos de redimir el mundo que tenía aquel Mesías, quien, por amor a la humanidad, murió en la cruz.

El afán de consumo y ambición, de parte de grandes sectores que conforman los “cristianos políticos”; los “cristianos indiferentes sociales” y los “cristianos empresarios económicos”, han echado en el abismo del tiempo sus nobles objetivos humanista.

Así vemos como muchas personas de los sectores públicos y privados celebran la Navidad y el día de los Santos Reyes, con la compra de grandes mansiones, sofisticados ajuares de sus casas, costosísimos vehículos de lujos, con el derroche de los dineros del presupuesto que aporta el pueblo, con grandes sacrificios.

Muchos funcionarios dilapidan por doquier, lo que debería ser parte de una justa redistribución de las riquezas del pueblo de Dios.

Da pena que funcionarios públicos continúen la vieja práctica (en esta fecha de compromiso con Jesucristo) repartiendo cajitas y juguetes, para comprometer el voto de grandes mayoría hambrientas, para después que pase la celebración volver a lo mismo.

De ahí que demandamos que los Reyes Magos vuelvan ya. Pero que vuelvan a defender a Cristo (al pueblo), quien está sufriendo al ver que no se respeta ni la Constitución ni las leyes; que aquí Trujillo anda suelto y… hasta muchos quieren que vuelva, a ese nivel señores se ha desacreditado nuestra democracia.