Con el descenso de la curva sobre la pandemia del coronavirus son más poderosas las razones para que las autoridades decidan de una vez y por siempre implementar un modelo de enseñanza por lo menos híbrido.
Acción Empresarial por la Educación (Educa), la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (Anje), sociedades de padres y amigos de la escuela y muchas otras entidades coinciden en que las condiciones están dadas para la enseñanza presencial o semipresencial.
Aunque el actual sistema virtual y a distancia fuera lo que en principio demandaran las circunstancias, los resultados indican la necesidad de avanzar a otra fase para obtener el mejor provecho. El ministro de Educación, Roberto Fulcar, ha reiterado que la reapertura de la escuela será pronto, pero sin poner fecha.
Si la limitación ha sido la pandemia, la reducción de los contagios propicia que como en muchos otros países se contemple la enseñanza presencial con los mismos protocolos que se aplican a muchas otras actividades. Son muchos los alegatos que se han enarbolado en defensa del retorno a las aulas, pero el principio de realidad es el más importante de todos.
Educación y el Ministerio de Salud Pública tienen que definir el cronograma cuanto antes, porque simplemente es lo que procede. En los casos en que todavía sea necesario el modelo virtual y a distancia no queda más alternativa que respetarlos, pero es bien sabido que no es la generalidad.