Un acontecimiento aparentemente insignificante determinó la salida del poder del presidente liberal: Arturo Alessandri Palma en Chile de 1924.

Mientras los diputados chilenos permanecían en sesión, discutiendo el proyecto que buscaba aumentar sus dietas parlamentarias, un grupo de oficiales, hicieron escuchar sus sables un día después, como un grito de rebeldía en apoyo a los de abajo. Aunque las acciones de los jóvenes militares no estaban en contra del presidente Alessandri, éstas provocaron su renuncia.

El 11 de septiembre de 1924, se instaló una junta de gobierno que disolvió el Congreso Nacional, exactamente, 49 años antes del vulgar golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende Gossens, en señal de que los acontecimientos históricos, hacen de marionetas a sus actores en múltiples ocasiones. Ese hecho se conoce en la historia de Chile como ‘’ Ruido de sables’’.

Los sectores populares siguen siendo la espada de Damocles de los gobiernos que asumen, heredando una gran deuda social acumulada y una brecha de desigualdad que siempre será un detonante para que una simple chispa encienda la pradera.

No deja de sorprender, que después de casi años, el presidente Luis Abinader haya iniciado su gobierno, al igual que el presidente chileno: incluyendo millones de ciudadanos al sistema de seguro de salud.

El enemigo ‘’oculto’’ del presidente Arturo Alessandri Palma, lo constituyó la grave crisis económica chilena, como secuela de la primera guerra mundial que hizo colapsar casi todos los sectores productivos.

A cien años de distancia, el presidente Luis Abinader Corona, tiene de frente al mismo enemigo: una crisis económica mundial, como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus. Otro enemigo silencioso que debilita sus esfuerzos, es la incapacidad de su partido PRM y algunos de sus funcionarios para emprender acciones que detengan el disgusto que crece en el seno de las bases de esa entidad política, con golpes innecesarios que dan la impresión ‘’ de que se hacen en componenda con sus opositores’’
La historia, como decía Cicerón, sigue siendo la maestra de la vida.

Por: Ramón Rodriguez
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