Ayer se cumplieron 23 años de los ataques suicidas del 11 de septiembre. Todos los que éramos adultos, y estábamos despiertos y lúcidos, recordamos donde nos encontrábamos en ese momento.
“Esa mañana, cuatro aviones comerciales fueron secuestrados en pleno vuelo por diecinueve terroristas de Al Qaeda. Los secuestradores estaban organizados en tres grupos de cinco, y uno de cuatro. Cada grupo tenía un secuestrador que había recibido entrenamiento de vuelo.
El primer avión en alcanzar su objetivo fue el vuelo 11 de American Airlines. Fue estrellado contra la Torre Norte del complejo World Trade Center en el Bajo Manhattan, Nueva York, a las 8:46 a. m. 17 minutos después, a las 9:03 a. m., la Torre Sur fue golpeada por el vuelo 175 de United Airlines. Ambas torres, de 110 pisos, se derrumbaron en 1 h 42 minutos.
Un tercer vuelo, el 77 de American Airlines, que había despegado de Dulles, fue estrellado a las 9:37 a. m. contra el lado oeste del Pentágono en Arlington, Virginia, causando un colapso parcial del edificio.
El cuarto, y último avión secuestrado, fue el vuelo 93 de United Airlines, en dirección a Washington D. C. Los pasajeros del avión intentaron recuperar el control de la aeronave de los terroristas y, finalmente desviaron el vuelo de su objetivo previsto: el Capitolio de los Estados Unidos. Se estrelló en un campo cerca de Shanksville, Pensilvania, a las 10:03 a. m.
Inmediatamente después de los ataques, Estados Unidos persiguió a Bin Laden y Al Qaeda. Después de evadir la captura durante casi una década, Bin Laden fue localizado en un escondite en Abbottabad, Pakistán y asesinado el 2 de mayo de 2011.”.
Esto es lo público. Así lo resume Wikipedia, pero medio mundo y miles de expertos dudan la historia oficial y aseguran que el gobierno de USA supo con tiempo de los atentados y no los impidió, en esas está el que escribe “algo más que salud”.