La violación del toque de queda, por el cual se han cerrado negocios y detenido decenas de personas, es un mal síntoma, pero no el peor sobre la transmisión del coronavirus.
Son las aglomeraciones y el no uso de mascarilla las principales fuentes de propagación de una enfermedad que sigue cobrando vidas y que mantiene estancada las actividades productivas.
Las fiestas navideñas, por las aglomeraciones familiares y sociales, son un caldo de cultivo para la propagación de la epidemia. De ahí que la Organización Mundial de la Salud (OMS), sin reparar siquiera en el rebrote originado en algunos países, haya aconsejado evitar los encuentros masivos con motivo de las navidades.
Aquí y en muchos sitios la gente está hastiada del confinamiento. Las autoridades dominicanas han tenido que actuar frente a actividades convocadas por artistas, fiestas clandestinas, peleas de gallos y otras violaciones que de alguna manera disparan los contagios.
Pero por más desesperado que se esté hay que tomar conciencia de que la covid tiene primero que controlarse para que se normalicen las actividades. En tal sentido es muy sano el consejo de la OMS para que se respete el protocolo sanitario.