El secuestro del consejero agrícola de este país en Haití ratifica una vez más el control que ejercen las pandillas y la inseguridad en la vecina nación.
Carlos Guillén Tatis ha corrido la misma suerte que misioneros, periodistas, empresarios y otros diplomáticos que se han fiado un momento de relativa calma en la población.
El secuestro de Guillén Tatis, en torno al cual el Gobierno dominicano ha solicitado una exhaustiva investigación, representa otro llamado a la comunidad internacional sobre la ingobernabilidad que prevalece en el territorio.
El diplomático habría sido secuestrado en el área de Croix -des- Bouquets por la pandilla “400 Mawozo”, misma que retuvo a los misioneros estadounidenses y canadienses.
Trascendió que la banda, que encabezaría Wilson Joseph, reclama 500 mil dólares de rescate. Si es así, suerte que está vivo, pero Haití necesita orden y gobernabilidad.