A pesar de toda la alharaca las cárceles son todavía un coto cerrado. En marzo de este año se registró un incendio en el penal de La Victoria cuyo origen todavía se desconoce, así como los nombres de varios de los 13 reclusos que perecieron en el siniestro.
En febrero fueron descubiertas 12 parábolas de internet sin que se sepa cómo las ingresaron y quiénes las operaban. Tanta impunidad existe en las prisiones que las autoridades han reconocido que reclusos dirigen bandas de asaltantes y sicariatos.
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Para contribuir en la batalla contra la criminalidad dirigida desde las cárceles el presidente de Indotel, Guido Gómez Mazara, se ha comprometido a restringir las señales de comunicación desde los recintos.
La decisión se ha denunciado en otras ocasiones, pero siempre ha fracasado. Con Gómez Mazara existe más optimismo de que la disposición se acatará.