El Tribunal Superior Administrativo ha golpeado los intereses de los consumidores con la sentencia que limita las atribuciones de Pro Consumidor. Lo intrigante es que los magistrados Delfina Amparo de León, Mildred Hernández Grullón y Sergio Antonio Ortega fueran tan tajantes con la entidad y tan tolerantes con las empresas multadas por supuestamente timar a los desamparados compradores.
Con razón muchos no han evitado reflexionar sobre sentencias por otros conflictos evacuadas por el tribunal.
Pro Consumidor ha sido de las pocas instituciones que ha defendido con justicia y determinación los derechos de los compradores. Pero ahora no puede imponer multas ni actuar contra especuladores y estafadores como no sea a través de sanciones morales o de sometimientos en tribunales de Paz.
Con la monstruosa sentencia los consumidores tendrán que confesarse o encomendarse al Señor para que los ampare. Porque con Pro Consumidor ya no podrán contar.
