Contrario a los débiles y forzados argumentos que hoy día está presentando el recién formado Partido Revolucionario Moderno (PRM), en su vano intento de desacreditar al presidente Danilo Medina, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el momento histórico está indicando, afortunadamente, que la sociedad dominicana está encaminándose hacia la consolidación del tiempo de Danilo como estadista acrisolado.

En efecto. Quienes empezaron subestimándolo tuvieron que terminar reconociendo y aceptando que se estaba ante la presencia de un nuevo paradigma, portador de una concepción política, social y económica bien clara acerca del papel a desempeñar para así realizar un buen gobierno cercano a la gente.

Definitivamente que la elaboración y ejecución de las políticas públicas, más el correcto manejo de las finanzas públicas, constituyen ejemplos verosímiles de que se está trabajando de manera seria y profunda en la solución de los problemas de pobreza, desigualdad, marginalidad, desempleo, etc.

Su don de persona humilde y sencilla ha hecho que la inmensa mayoría de la gente común y corriente lo vea como un mandatario que actúa muy cercano a ellos; un presidente que se preocupa por sus pesadumbres y sufrimientos, que con honestidad los visita para palpar sus estrechas condiciones materiales de existencia y, a la vez, hacer esfuerzo en solucionarlas.
Con razón ya se está diciendo que Danilo está siempre con la gente.