Por Ramón Rodríguez
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Vencer la arrogancia
La pandemia del Covid 19 le ha hecho una operación de corazón abierto a la sociedad dominicana. Hemos visto muchos corazones endurecidos. Muchas puertas cerradas en medio de la calamidad nacional. Hemos observado la arrogancia de personas que tienen recursos para ayudar y han permanecido en silencio. Pero también hemos palpado la otra cara de la moneda: médicos, enfermeras, iglesias, empresarios, instituciones públicas y privadas que han exhibido una gran vocación patriótica.
En lo que concierne al deporte, yo he mostrado mi satisfacción con las autoridades deportivas del país. Dentro de las limitaciones, el Ministerio de Deportes, Comité Olímpico Dominicano y las federaciones, han mostrado todo lo bueno de la familia del deporte.
Ahora bien, donde se ha manifestado con mayor pureza el concepto de la solidaridad, ha sido en el sector de los clubes.
Y ahora que el ocio nos permite hacer análisis retrospectivo y volver la vista atrás con añoranza infantil, me comuniqué con el gran dirigente deportivo: Tolben Jáquez. El líder del club Los Mina, me manifestó, que nunca ha dudado de la gran capacidad de los clubes para canalizar las aspiraciones de desarrollo en sus comunidades.
Jáquez recordó con alegría los nombres de Felipe Medrano, del club Villa Faro, Francisco-Chico- Pérez y Rafael G. Santana, del San Lázaro y otros tantos dirigentes valiosos.
El amigo Tolben, quien ha sido un simbolo de honestidad en el movimento deportivo, me aseguró que antes, los clubes no luchaban por un mayor presupuesto, sino por una sociedad digna, moral, culta y por el respeto a la libertad.
Sin titubeo me dijo que el día en que la» banda colorá» quemó el Club Mauricio Báez, todo el liderazgo de los clubes estuvo al lado de Leo Corporán, Nelly Manuel Doñé y todos los dirigentes mauricianos. »vencimos a la arrogancia. Era un movimiento puro, guapo, de principios y consciente de que nos jugábamos la vida en cada momento».
Me gustó conversar con el hermano Tolben, quien admitió que en estos momentos de crisis se ha notado un despertar en los clubes, aunque insistió que es incomparable al liderazgo icónico que ejercieron Leo Corporán en Asocludisna y Nelly Manuel Doñé, quien fue un verdadero maestro de la juventud progresista.
Tolben Jáquez me señaló que Nelly Manuel Doñé era de la línea dura, es decir, implacable con los principios, exigente con la preparación de sus compañeros y un amante de la unidad en el movimiento deportivo.
El veterano dirigente que ha brindado casi 50 años de su existencia al deporte, hizo un llamado para que se mantenga en la memoria colectiva los aportes de esos grandes dirigentes que construyeron exponiendo sus vidas, las columnas sobre las cuales se ha afianzado el Movimiento Deportivo Nacional.