Editorial Opinión

Sin pintarrajearse

Sin pintarrajearse

Partidos y candidatos parecen decididos a alimentar el circo electoral con el empleo de más payasos y bufones para entretener a los electores en vez de promover discusiones o debates sobre temas de la agenda de prioridades nacionales que preocupan o interesan a la población.

Medios de comunicación y redes sociales abordan con profusión e inusitado interés declaraciones estrambóticas, asuntos banales o ridículas exhibiciones públicas de dirigentes y candidatos, afanosos por atraer público a sus carpas circenses.

Hasta un alto jefe militar quiso participar como acróbata o contorsionista en ese anfiteatro, con pronunciamiento de naturaleza política incompatible con el principio constitucional de que las Fuerzas Armadas y la Policía son apolíticas y obedientes al poder civil.

En un mundo convulso, matizado por guerras, crisis económicas, disrupción del comercio internacional, brusco cambio climático, pandemias y epidemias, no hace sentido que la campaña electoral se reduzca a un deprimente espectáculo de circo, en el que se aplica el principio de que entre gitanos no se leen las cartas.

A pocos meses de las elecciones municipales, presidenciales y congresuales, se pretende embriagar a la población con excesiva ingesta de superficialidad y demagogia, como si las carpas partidarias dispusieran de magos con las facultades divinas de extraer conejos del sombrero y resolver todos los males de la nación.

La sociedad aspira a que el liderazgo político discuta en profundidad sus planteamientos sobre asuntos nodales, como el diferendo con Haití, reforma fiscal, de la seguridad social y del Código de Trabajo, así como del Código Penal, incluido las tres causales del aborto.

Los candidatos presidenciales deberían presentar sus fórmulas de abordaje ante el endeudamiento público, déficit fiscal, seguridad ciudadana, educación, salud, pobreza, reordenamiento del tránsito, seguridad alimentaria, empleo, inflación, entre otros asuntos que preocupan o agobian a la colectividad nacional.

Luis Abinader, Leonel Fernández, Abel Martínez y Miguel Vargas están compelidos a desmantelar el circo, relevar a payasos y bufones y debatir en igualdad de condiciones en torno al abordaje de los problemas de la agenda nacional, sin necesidad de pintarrajearse el rostro.

El Nacional

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