Reportajes

Sistema de Salud Pública

Sistema de Salud Pública

SANTIAGO. – Para algunos, en los  hospitales del país hace falta medicamentos, equipos y orden, sin embargo otros opinan que también se necesita conciencia y paciencia por los usuarios del servicio.

Un día desde el hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez o desde cualquier centro público  de salud se torna un  tanto caótico, en especial para los médicos de servicio que tienen que enfrentarse a las constantes quejas de los pacientes que alterados por el dolor con que llegan y por la falta de atención médica  optan por descargar su furia con los doctores y enfermeras que tienen la responsabilidad de atender todos los casos que acuden al centro.

Mucho se ha hablado de las precariedades en los hospitales de cualquier ciudad o pueblo, que por cierto es una realidad ineludible, sin embargo, es poco lo que se dice de aquellas personas que pese a todo, continúan realizando su trabajo, atendiendo a los pacientes que llegan, aunque en ocasiones ni siquiera cuenten con las herramientas necesarias para hacerlo.

Desde las 5:30 de la mañana se encuentran los médicos internos en las emergencias de los hospitales, por lo menos así ocurre en el José María Cabral y Báez,  según contó el médico interno Delgis Arias, quien duró un año prestando sus servicios en la emergencia de este centro de salud.

Asimismo dijo que es a las 5:00 de la tarde cuando termina la faena para algunos, otros deben seguir la ruta en el hospital y cumplir 24 horas de servicio.

Los fines de semana son los días más concurridos. Desde la sala de espera se puede ver la cantidad de personas ingresando al lugar con algún malestar que genera cierta desesperación en el paciente, por lo que la emergencia se torna un tanto estresante, tanto para los médicos de servicio como para los pacientes.

Unos se quejan por la falta de recursos y la ineficiencia del servicio mientras que otros con  estrés, con sueño atrasado y con  la responsabilidad de tener que atender a todos los que llegan al lugar y, peor aún, con muchas limitantes.

Arias contó que uno de los problemas que enfrentan los hospitales de esta ciudad y del país es que en éstos los médicos deben realizar funciones que no son propias del ejercicio, como la de camillero o laboratorista, por ejemplo, esto por la precariedad con que se trabaja “la gente no entiende eso, desde que llegan quieren ser atendidos y, sobre todo, que el medicamento que se le aplica los cure inmediatamente, eso se puede entender, pero no en un hospital donde acuden decenas de personas a diario y todos requieren atenciones médicas rápidas”.

Asimismo dijo que uno de los mayores problemas que enfrenta por lo menos el hospital José María Cabral y Báez  es que a éste no sólo asisten personas de esta ciudad, sino que de otras regiones también vienen al lugar a recibir atenciones médicas, lo que congestiona las salas del centro de salud.

Manifestó que aunque las personas que acuden al sitio sólo están interesados en que se las atienda, deben estar conscientes de que existen varios factores que impiden que el servicio pueda ser más rápido y efectivo en estos centros asistenciales y que en la mayoría de los casos las quejas llegan a la persona equivocada.

El estrés laboral

Especialistas de la salud  descubrieron que un gran número de los que ejercen la profesión de médicos atraviesan por un síndrome conocido como Síndrome de Burnout, que es  un tipo de estrés laboral e institucional que se da específicamente en aquellas profesiones que mantienen una relación constante y directa con las personas que son las beneficiarias de su propio trabajo, en concreto personal sanitario, docente, fuerzas del orden público, y significa estar o sentirse, agotado, sobrecargado, exhausto.

El Nacional

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