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Sombrías perspectivas

Sombrías perspectivas

Luis Pérez Casanova

A más de tres años de la actual gestión, la persecución de la corrupción, sobre todo del pasado, no genera más que frustración. Por el curso de los procesos incoados por el Ministerio Público son pocas las dudas de que la impunidad, que ha sido tan hiriente como escandalosa, reinará por los siglos de los siglos, con todo y la ley de extinción de dominio para recuperar bienes ilícitos. Y es que con la misma estructura y los mismos métodos no se pueden producir cambios.

Hay que olvidarse definitivamente de casos como los de Odebrecht y los aviones Tucano, a pesar del efecto de los sobornos en el incremento de la deuda. Si la gestión de Jean Alain Rodríguez hizo todo lo posible para encubrir a los reales sospechosos de las transacciones ilícitas, las actuales autoridades no han mostrado el más mínimo interés en continuar las investigaciones.

Es más, se teme que casos que involucran a exfuncionarios y parientes del expresidente Danilo Medina se desplomen en los tribunales por la inconsistencia evidenciada por el Ministerio Público en los procesos. Más que expedientes de miles de páginas, que arriesgan hasta los plazos judiciales, y las suspicaces delaciones premiadas, lo necesario son las pruebas.

Los voluminosos expedientes recuerdan el espectáculo de Jean Alain sobre el caso Odebrecht cuando declaró que la documentación era el resultado de largos meses de trabajo, “en los que un equipo multidisciplinario de más de 50 personas dedicó, por más de un año, más de 130,000 horas de trabajo para examinar, uno por uno, los hallazgos encontrados”.

“Entre estos profesionales” -agregó- “se encontraban miembros de carrera del Ministerio Público experimentados en materia de corrupción, procuradores adjuntos, procuradores generales de Corte y fiscales de larga trayectoria, acompañados de otros funcionarios y de nuestros mejores litigantes, además de abogados ayudantes, agrimensores, tasadores, contables, auditores forenses y personal administrativo para apoyar las labores”.

Al final de la jornada, la entonces juez de la Suprema Corte de Justicia y hoy procuradora Miriam Germán Brito advirtió que con las pruebas contenidas en el expediente ningún juez que se respetase condenaría a ninguno de los imputados. Pero, como ironía del destino, se ha seguido el mismo método de abultar los expedientes con miles de páginas, que en definitiva no hacen más que dificultar los procesos.

Cuando además se recrean investigaciones como las referentes a las supuestas irregularidades en Inaipi, el Plan Social de la Presidencia, la declaración jurada de bienes de legisladores y funcionarios entrantes y salientes las perspectivas en la lucha contra la corrupción se tornan más que sombrías.