Carta de los Lectores Opinión

Transformación y cambio

Transformación y cambio

Los problemas básicos de la sociedad dominicana durante los últimos doce meses lastraron el avance personal y colectivo de centenares de familias. Al finalizar el año están vigentes y atormentando.
Los principales hechos urticantes siguen siendo el alto costo de la vida, la inseguridad ciudadana, los inconvenientes de rápida asistencia hospitalaria y las deficiencias de la educación. Se trabajó para solucionarlos, pero no fue suficiente. A esperar mejorías en el 2024.

Todos tienen en común que sus radiaciones afectan desde los menesterosos, hasta la clase media alta, que vive endeudada hasta el cuello y se aferra con las uñas a posiciones que le son, al día de hoy, difíciles de mantener.

Al llegar el 2023 al ocaso, los temores de la inseguridad callejera están de nuevo en la palestra. La gente tiene miedo de salir en la mañana a ejercitarse, o a trabajar, mientras que a media noche las calles lucen desiertas.

Hay temor a los atracos, a los actos de violencia, a ser víctima de un desalmado que hace en la calle lo que le venga en gana. El pandillerismo callejero se mantiene y gana un terreno que deja despavorido a la mujer y el hombre común.

Las autoridades hacen su labor, investigan, detienen y someten a la justicia. Las cárceles están llenas, sobre todo de jóvenes. Hay que comprender que la lucha contra el delito no se le puede dejar solo a la acción policial o a la pena judicial. Hay que trabajar a fondo en la parte de la prevención. Es aplicar la medicina antes de que se cometa el delito.

El alto costo de la vida, la falta de ocupación o trabajo, van hermanados en el aumento de la delincuencia callejera. Todo arranca por el acorralamiento económico, pero cuando se viola la ley por primera vez, se inicia una línea ascendente que solo parará con la cárcel o la muerte.

La juventud debe estar consciente de que el crimen no deja beneficios, y que el estudio y el trabajo es el único camino a la superación. Una juventud descarriada necesita mentores, guías, ejemplos, para poder avanzar.

Si los jóvenes fracasan en su inserción a los medios de producción y prefieren la delincuencia, hay que cuestionar el corazón y el cerebro de la sociedad. Año Nuevo, es vida nueva,

Lo difícil, pero no imposible, es construir nuevas normas sociales, en una comunidad vieja y que necesita relevos. Evoluciones que hoy tienen que ser en paz, en concertación, sin lesionar intereses particulares, sin poner en peligro el capital y respetando los derechos humanos.

Por: Manuel Hernández Villeta

El Nacional

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