El de próstata es un cáncer que tiene aspectos que implican malas y buenas noticias. Entre las buenas noticias se encuentra el hecho de que es de lento crecimiento y que es uno de los que tiene en la ciencia médica mayor cantidad de acciones efectivas para combatirlo o extirparlo, siempre que se detecte a tiempo.
Entre las características negativas figura el hecho de que los hombres son malísimos pacientes para decidirse a ir al urólogo para hacer su examen rectal (consistente en la introducción del dedo índice para determinar presencia de este tumor).
Una vez detectado este cáncer se puede apelar a la cirugía (prostatestomía radical); radioterapia, quimio terapia, semillas radioactivas y hay quienes se deciden por nuevas terapias naturales.
Otro factor negativo, por raro que le parezca, es que en general no duele durante el proceso de su desarrollo interno, lo que hace que el descuido en examinarse tenga una justificación relativa.
La creencia errónea de que el examen del tacto es una especie de violación, basado en una ridícula concepción machista.
Ese examen debe realizarse a todo hombre mauyor de 40 a 45 años (hay disparidades de opiniónes médicas sobre la edad oportuna para hacerlo), y completado con el llamado PSA, que se hace en Sangre.
Un testimonio
El periodista que escribe estas línea fue paciente de cáncer de próstata en el año 2009, en nivel III, de los cinco posibles y gracias a la Radioterapia en RADONIC, las oraciones de sus amigos, su fe en el Altísimo, recuperó su salud. El libro Un dedito al año no hace daño de José Rafael Sosa, ofrece un testimonio agradable de esa experiencia.

