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Un testimonio

Un testimonio

Alberto Quezada

Uno de los temas nodales de la sociedad y el Gobierno que encabeza el Presidente Luis Abinader en la actual coyuntura lo constituye, sin duda, esa peligrosa, descontrolada e irracional migración irregular de haitianos a territorio dominicano.

Por esta problemática, el Primer Mandatario se percibe preocupado, ansioso e inquieto; es como si presintiera que algo extraño le sobrevendrá a la República Dominicana si él permanece inerte.

Tan atareado está el Jefe de Estado con este tema, que de manera enfática puso en su puesto a uno de los representantes de Naciones Unidas, quien se atrevió de manera pública a ofrecer declaraciones insolentes en contra de nuestra soberanía.

Pero lo insólito es que en medio de toda esta tensión y sobresalto que vive la nación y el propio Presidente Abinader con el citado tema un grupo de mafiosos esté articulado en la frontera domínico haitiana para hacer todo lo contrario, solo por ganarse unos “chelitos”.

Cómo entender relatos de que grupos de malos dominicanos estén cobrando dinero para traer haitianos a nuestro territorio, como me lo narró una seguridad de un residencial de clase alta del Distrito Nacional.

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El ciudadano que ofreció el testimonio a este periodista es nativo de Haití y tiene apenas unos días que trajo a su esposa y dos hijos desde el vecino país de manera ilegal pagando 39 mil y 13 mil por cabeza. ¡Insólito!

El personaje en cuestión, indicó además a este comunicador que ese movimiento es diario y que ese cordón mafioso se mueve entre Dajabón, Santiago y Santo Domingo, en combinación con Migración y dos empresas de transporte terrestre.

Agrega el señor de unos 49 años de edad que lo que funciona allí es tan articulado que hasta de carnet falso dotan una de esas empresas a sus pasajeros haitianos para burlar los chequeos, si así se presentaran.