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Universidades no imparten historia

Universidades no imparten historia

El 172 aniversario de la Independencia Nacional encuentra a República Dominicana en situación difícil.

Sus valores éticos y morales ruedan por los suelos y el respeto a la Constitución y las leyes orgánicas está entredicho.

El funcionariado opera en el marco de la ilegalidad y la juventud pugna por irse del país porque no confía en el futuro de la patria.
Factores internos y externos incidieron para que el sacrificio y la sangre de los independentistas no tengan el debido reconocimiento.

El profesor Dante Ortiz , catedrático de la Escuela de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) atribuye esos males a los grupos políticos dirigentes, a los gobernantes, a los intelectuales adheridos al poder pero, en modo alguno, el pueblo dominicano.

Esos sectores, afirma, nada han hecho contra la corrupción y la falta de controles jurídicos y administrativos transparentes en la alta burocracia civil y militar.

“La naturaleza de la acumulación de capitales, la prevaricación y asociación con fines extrajurídicos son otros factores externos que han contribuído para que tengamos este malestar social”, precisó el académico.

“Enfáticamente, podemos sostener que no ha sido el pueblo dominicano quien ha fallado, sino los grupos dirigentes, los gobernantes, los intelectuales adheridos al poder, en modo alguno el pueblo dominicano”.

En el orden externo, señaló “la sobredeterminación del imperialismo norteamericano en la sociedad dominicana a favor de sus intereses azucareros, en el subsuelo o mineros, el control de nuestro espacio aéreo, nuestro mar patrimonial y la actitud adyecta de algunos funcionarios que piensan a favor de intereses foráneos y nunca en aras de un proyecto nacional”.

Ortiz Núñez apuesta a un estado nacional independiente que recupere la prédica y la praxis del patricio Juan Pablo Duarte Duarte, para superar el desorden institucional y moral actual.
Primero, dice, los dominicanos deben organizarse políticamente desde el Estado en aras de un proyecto de nación.

Además, deben vincular a la población en entidades territoriales y sectoriales para abordar problemas, buscar soluciones colectivas y aplicar soluciones de continuidad a partir de los intereses mayoritarios de los trabajadores, y de toda la sociedad.

Advierte el profesor Ortiz Núñez que sin la participación organizada del pueblo es imposible plantearse la solución a los problemas nacionales.

La memoria histórica

El catedrático universitario considera imprescindible que, en el proceso de construcción de ese proyecto de nación, la sociedad dominicana debe rescatar su memoria histórica, para que la juventud se percate de cómo el pueblo ha salido victorioso de las grandes epopeyas nacionales.

En las escuelas públicas el énfasis hay que hacerlo en el tipo de historia que reciben los profesores en proceso de formación, en la calidad de los textos que se aprueben sobre la materia.
Sobre todo, convertir la docencia en un adiestramiento para que el niño y el joven conozcan, clasifiquen, evalúen y critiquen los procesos históricos y se formen una conciencia crítica desde las aulas en forma democrática, participativa, dialogante. No dogmática ni xenofóbica.

Una deficiencia

Ortiz Núnez contó que, en una oportunidad, una investigación del Archivo General de la Nación evidenció que de más de 20 universidades del país sólo ocho impartían la materia de Historia Dominicana.

En las universidades que imparten la materia, la calidad de la docencia depende de la formación del profesor, de los libros que usen o recomiende a los estudiantes.

Pilar Moreno

Periodista de vasta experiencia en el periodismo educativo y político