El presidente Luis Abinader pidió ayer al Consejo Económico y Social (CES) convocar “a todas las fuerzas vivas de nuestra sociedad” a discutir y alcanzar un pacto por la calidad de la educación, además de plantear la despolitización de las escuelas, propuestas que no por tardías dejan de poseer valor y trascendencia.

Al pronunciar el discurso de apertura del nuevo año escolar, en la escuela Yluminada Mejia Pérez, del sector Cuesta Hermosa III, el mandatario sugirió que ese pacto garantice la formación inicial y capacitación de los docentes, que definió como columna vertebral de la educación en las escuelas.

Es posible que la nueva convocatoria a discutir un pacto por la educación alcanzaría mayor relevancia si en vez de ayer se hubiese efectuado mucho antes del inicio del año lectivo, pero dado que los objetivos propuestos aún no han sido alcanzados, la invitación presidencial resulta todavía oportuna y necesaria.

Abinader ha sido claro al precisar la necesidad de trabajar en un acuerdo que involucre a todos los sectores de la sociedad para alcanzar un pacto por la calidad de la educación, por lo que todas las organizaciones vinculadas con la escuela y la enseñanza deberían acoger la invitación presidencial.

Es obvio que el CES acogerá la solicitud del jefe de Estado, para lo cual sólo tendría que desempolvar muchos expedientes sobre diálogo por la educación engavetados por falta de voluntad entre los actores académicos y políticos para reencausar al sistema educativo.

La gestión de ese pacto debe encontrar espacio entre la agenda de reformas planteadas por el Gobierno aunque, como ha sugerido el Presidente, esta vez debería estar ajena a urdimbres políticas porque la discusión estaría centrada en temas de capacitación, tecnología y gobernanza en el ámbito educativo.

El periodo escolar que se inició ayer debería servir como laboratorio para que la comunidad educativa inserte en lo inmediato las políticas y programas que se acuerden en ese pacto por la calidad de la educación, que seguramente relanzaría la armonía de relación entre docentes, alumnos y tecnología.

La calidad de la educación básica y preuniversitaria es aún tarea pendiente, a pesar de que desde 2013 el Estado ha invertido casi dos billones de pesos en cumplimiento de la ley que instituye el 4 % del PIB para ese sector, por lo que el pacto sugerido por el presidente Abinader se define como urgente y necesario.