
Una niña duerme en un húmedo colchón que la mañana del pasado domingo pudieron rescatar los lugareños, rio abajo en La Angostura. Foto Rafael Santos.
LOS ROBLES, Juan López de Maca.- Desolación, pérdidas millonarias, puentes casi destruidos y la esperanza de ver llegar la mano amiga del gobierno a través de funcionarios y entidades gubernamentales, es el drama que de manera directa viven más de 10 familias, en el Distrito Municipal de Juan López, específicamente en la comunidad Los Robles.
La bravura del rio “La Angostura” el cual, y a pesar de que cada cierto tiempo “hace de la suya”, según la domestica Yuliana María Estrella, de 35 años de edad y madre soltera de 3 hijos, el mismo desde hacía más de 50 años, según los testimonios recogidos por este periodista, no hacia los desastres que hizo el pasado fin de semana.
Asegura que en su casa no queda nada que no fuera arrastrado por el río, en donde más del 60 por ciento de la estructura física de su humilde vivienda fue arrasada sin que pudieran salvar algunos electrodomésticos, que en medio de las inundaciones, tanto ella como sus hijos menores intentaron salvar.

Una niña de nacionalidad haitiana come un plato de arroz, ajena al drama humano que viven los mayores que la rodean. Foto Rafael Santos.
Faustina Almonte con 5 hijos, un esposo que trabaja de manera ocasional como ayudante de un camionero que comercializa huevo en la zona fronteriza, narró a este medio que su casa fue arrancada de raíz, quedando solo con la ropa que la noche del pasado sábado pudieron ponerse tanto ella como sus hijos y esposo.
Dijo entre llantos a El Nacional, que la pesadilla del pasado sábado, es un amargo recuerdo que jamás se le ha podido borrársele de la memoria, y como un monstruo incrustado en su cabeza, le nubla los pensamientos como una terrible tortura que la acompaña día y noche desde el pasado sábado, cuando según esta, estuvo a punto de perder su vida y la de sus hijos y esposo.
“Nos sentimos frustrados, esto no tiene nombre lo que nosotros pasamos el sábado en la noche, aquí no hemos tenido tranquilidad, ya que solo brigadas de Obras Públicas han estado quitando el lodo desde el domingo en la tarde, y el síndico de Juan López, Erides Jiménez es el único que ha venido pero imagínate”, lamentó la dama al afirmar con pesadas palabras que el edil no puede hacer casi nada.
Sin embargo, María Ramona Rivas, de 62 años con 8 hijos que trabajan de manera informar y su esposo Ramón Estrella, postrado en una silla de rueda desde hace varios años, dice que lo perdió todo y que solo cuenta con la gracia de Dios para poder salir de esta dura prueba, que según esta pasa en estos momentos, por lo que pide la ayuda del gobierno ante la indiferencia, según ésta, de algunos funcionarios de Moca, quienes se hacen de la vista gorda para acudir en su auxilio.
Según las damas, en la actualidad algunas de las familias se han ido refugiando en casas de vecinos, de familiares “y uno que otros de los más jóvenes, duermen en los fríos colchones que han podido buscar río abajo, cubierto por periódicos y trapos viejos, en aquellos lugares de las casas destruidas que todavía les quedan rincones para protegerse del sereno”, aseguró Ramona Rivas.
Productor avícola y porcino con pérdidas millonarias
José Rafael Pérez, de 47 años de edad, productor agrícola y porcino, fue a quien la crecida del río La Angostura golpeó en términos económicos más rudamente, ya que su granjas avícola y porcina fueron desbastadas, en donde 5, 500 gallinas ponedoras resultaron ahogadas y casi 150 cerdos fueron arrastrados por dicho afluente.
“Mira muchacho esto ni siquiera quiero recordarlo, a mí se me perdieron 5, 500 gallinas ponedoras, más de 3 mil huevos que el domingo íbamos a empacar en los huacales, y 134 cerdos entre ellos más de 50 que estaban paridas que se fueron todos con sus puerquitos, y barracos de razas que usábamos para el encaste” dijo.
Pérez le hizo un llamado a las autoridades del gobierno para que se acerquen a la comunidad y así entre todos tratar de buscarle una salida al problema ya que según este, su producción estaba basada en los préstamos que a través del Banco Agrícola hacía para sostener su empresa.

José Rafael Pérez, observa impotente sus gallinas muertas en un hoyo que cavó junto a miembros de la comunidad de Los Robles, en donde solo él tuvo pérdidas que sobrepasan los 2 millones de pesos. Foto Rafael Santos.