El ejercicio del sufragio en los centros penitenciarios podría servir como una suerte de punto de referencia para mirar un poco más allá sobre la situación de los reclusos.

La experiencia, para garantizar la legitimidad, pasó por un levantamiento en 21 centros para dotar de cédula de identidad y electoral a los reclusos que carecían del documento.

De esa manera se determinó que 4,030 privados de libertad estaban aptos para votar en las elecciones del domingo.

La JCE, con la organización del voto penitenciario, ha ofrecido otra buena lección gerencial digna de tomar en cuenta por la Dirección de Prisiones para mejorar el servicio en las cárceles. Del incendio de hace unas semanas en el penal de La Victoria todavía hay víctimas sin identificar.

También te podría interesar: Haití: otro desafío

Para facilitar la votación la JCE dijo que organizó dos horarios. Uno para los que cuentan con un padrón de menos de 100 y otros para los que superan esa cantidad.

Ahora lo que está por ver es cuál será el comportamiento de los reclusos que ejercerán el sufragio en las presidenciales y congresuales del domingo. No está demás resaltar que si los presos tienen derecho a sufragar, no había más que reconocerlo.