Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

POR:  César Mella

cesarm2@codetel.net.do

Cuando el paciente simula…
Nadie quiere enfermar y de ser posible, desde la antigüedad, se aspira a la vida eterna. A pesar de lo anterior muchos seres humanos fingen o producen síntomas y signos corporales y mentales, de forma intencional con el fin de asumir el papel de enfermos.

Estas condiciones, en donde los síntomas físicos y psicológicos, en el marco de una actitud consciente de simulación, se denominan en el campo de la psiquiatría, trastornos facticios (no ficticios), sino, repito, facticios.
Se conoce el hecho de pacientes que toman anticoagulantes de la sangre para producir hematuria (presencia de sangre en el examen de orina) y así obviar el servicio militar obligatorio en algunos países.

En nuestro medio cuando prescribimos los exámenes de sustancias prohibidas o controladas en orina, los jóvenes consumidores recurren a muchos trucos para negativizar esos test. Es el caso, sin comprobar por mí, de tomar una taza de café muy fuerte con jugo de naranja agria una hora antes del examen.
En dos oportunidades mis jóvenes pacientes del mundo de las adicciones han aportado la orina “de otro” ser humano para obtener un resultado negativo.
Este tema viene a colación por la frecuencia con que los médicos se ven envueltos en intervenciones con fines periciales para determinar la presencia o no de indicadores de salud en una determinada persona.
Uno de los transes más difíciles consiste en expedir un certificado psiquiátrico que favorezca que un sujeto porte armas de fuego.
Estoy convencido de que el psiquiatra se le hace imposible determinar la potencialidad violenta u homicida de alguien en determinadas circunstancias que tenga un arma en la mano.
Hay que tomar en cuenta que existen los trastornos de tipo hipocondríaco en los cuales, sin ser un simulador, el paciente sufre periódicamente malestares en diferentes órganos y sistemas, que mejoran y suelen “mudarse de lugar” en el cuerpo, como mismo, el paciente, de “médico en médico” buscando una “cura maravillosa” que casi nunca llega.

En el pasado se habló de neurosis de renta refiriéndose a personas que acudían a los servicios de la seguridad social en busca de vitaminas, licencias, pensiones, jubilaciones etc., y se convirtieron en especialistas de presentarse al doctor diciendo que se sentían los más variados quebrantos.
Los hispanos en Estados Unidos y los “asegurados” en nuestro medio, acostumbran a solicitar medicamentos y procedimientos a nombre del que “tiene la tarjeta” a fin de economizar unos pesos a un relacionado, cuando no, vender favores a un tercero. Las ARS están ojo avizor con estos duendes del tráfico de identidades.

Aquel libro famoso llamado “El guardián de la salud” fue leído por miles de dominicanos, algunos de los cuales estudiaron con mucha atención las enfermedades para obtener beneficio cuando el médico los examinara.

Decenas de abogados son médicos e instruyen a sus clientes para que demuestren ante el juez la magnitud de sus afecciones, dañando reputaciones en el caso de las demandas médicas.

Cada vez que un político, un banquero, un empresario o un criminal muy rico “cae preso” casi siempre, como resultado de las retaliaciones que cada cuatro años reinicia la politocracia vernácula, se nombra una comisión de especialistas para testificar el estado de salud del prevenido.
Dos cosas para finalizar: ¿Quién no se deprime estando preso?

¿Por qué las autoridades ni respetan ni verifican los diagnósticos que formulan médicos considerados muy serios en el país?
He dicho.

El Nacional

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