Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

César Mella

Libérate de tus pensamientos
El pensamiento, la imaginación y las representaciones se producen en todo momento.
A diario, y sin mover los labios, conversamos con nosotros mismos.

Muchas veces nos hacemos ideas sobre el futuro; recordamos cosas del pasado y otras, nos agobian los problemas de la cotidianidad: acabamos de chocar el vehículo; se fue el gas o la luz en la casa; nos llaman de la escuela que el niño tiene fiebre, y mil cosas más discurren en el diario trajinar.

Una de las estrategias para ayudar en orientación psicológica al que sufre consiste en adiestrarle para que re oriente sus pensamientos (terapia cognitiva).

A veces nuestras ideas absurdas proceden de percepciones erradas.

“Querido paciente, ¿por qué en vez de pensar que la lluvia es sinónimo de una tormenta que se avecina, no piensa que es agua beneficiosa para la agricultura, que se va a refrescar el ambiente, que un caldito caliente viene bien, etc.?”. Este consejo procedía de la boca de un experimentado psicólogo ante un paciente depresivo y, por demás, pesimista.

Cuántas veces una persona que “nos cae mal” nos obliga a revisarnos, cuando un día, ese sujeto se presenta a nuestro hogar y nos auxilia ante una emergencia y nos cuenta parte de su vida.
Muchas veces nuestras emociones no tienen una conexión con lo que ocurre en la realidad, es el caso de una bella joven que está obsesionada pensando que su novio no la quiere, cuando en realidad, su consorte “se muere por ella”… pero resulta que en esta damita “su inseguridad es su peor enemigo”.

Nuestros pensamientos aunque en el fondo los podemos dirigir y controlar, muchas veces son los causantes de la ansiedad, mal humor, irritabilidad y hasta depresiones nerviosas, que son la antesala de las malas decisiones.

Pongamos el caso de un médico que se ve hostigado por un paciente “que no mejora con nada” y que en tres visitas semanales le ha solicitado exámenes absurdos, modificaciones caprichosas de tratamientos y una serie de peticiones que hacen pensar al galeno cosas como las siguientes:

“Seré un mal médico? ¿Este tipo me esta tirando un gancho? ¿Este necio en mi camino será un castigo de Dios?”.
Pero si por el contrario este profesional asume como pensamiento y actitud lo siguiente: “Se trata de un hipocondríaco y lo voy a referir a un psiquiatra; estoy consciente de que he hecho técnica y humanamente todo lo que el caso amerita; reconozco que me he sentido turbado por este caso”… etc.

Así el médico expulsa ideas distorsionadas que limitan su éxito profesional y negocia con sus pacientes salidas adecuadas.
Un método muy en boga y originario de las filosofías orientales es la llamada atención plena: “El pasado es inmodificable, de él recuerda los buenos momentos y sepulta los malos; el futuro es invaticinable trabaja duro y con disciplina hacia metas realistas y, el presente vívelo haciendo las cosas lo mejor posible como si fuera tu último día”.

Yo invito a mis lectores a que hoy mismo analicen todos sus pensamientos , le den objetividad y traten de corregir distorsiones y perciban en el timbre del teléfono no el preludio de una mala noticia , sino la posibilidad de una buena noticia….

El Nacional

La Voz de Todos