Detrás de cada acto de violencia contra y entre mujeres está el odio. Cuando se manifiesta claramente y se expresa en una golpiza, un asesinato o la locura, porque la violencia no es solo física sino también psicológica, es de posible identificación. El problema del odio es cuando persiste dentro de una familia, trabajo, partido, iglesia, o ejercicio creativo. Identificarlo en escritos es fácil, lo difícil es cuando opera desde las sombras, y su motivación principal es la envidia, la competencia, o el rencor.
1.-El odio intrafamiliar es el más terrible porque afecta a quienes mas se quiere y puede estar motivado por la competencia, el complejo de inferioridad, la malinterpretación y/o los intereses materiales.
2.-El odio profesional es rampante en instituciones arropadas por la formalidad y la rutina, donde las innovaciones son detestadas, porque ponen en evidencia la inercia, o la mediocridad. Allí hay que practicar la Ley de Peters dominicana: Ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre.
3.-El odio entre mujeres es feroz, porque se da entre seres sin poder. “Usted es alta, atractiva, inteligente, educada y libre de limitaciones económicas”, argumentaba un psiquiatra.” ¿Y todavía pretende que la quieran, o reconozcan?”.
4.-El odio entre políticos. Todo aquel que transige odia a quien no se rinde, porque su sola presencia le recuerda su compra y venta. Educados en el neoTrujillismo la solución es el tenaz descrédito del oponente, o la conspiración para eliminarle.
5.-El odio entre artistas. Lejos del Renacimiento, cada gettho se defiende. Así poetas, ensayistas, teatristas, pintores, cuentistas, músicos, reciben con recelo a l@s recién llegados, con la honrosa excepción de la alegría de l@s verdaderos artistas.
6.-El odio de los críticos/as. La crítica, formativa en su ejercicio de criterio, en el peor de los casos es siempre un ejercicio de significancia, una búsqueda de poder y su máxima es: o lo reconoces o te destruyo.
n el mejor de los casos su motivación es la admiración por la obra, pero en su vertiente destructiva varía entre el odio político, creativo, o el odio desinformado, si una ha denunciado la corrupción en un Departamento de la institución donde trabaja y la incumbente se ha dado por aludida, aunque no haya sido señalada nunca como responsable. Como todo en este país, la gente en vez de conversar se atrinchera.
7.-El odio a quienes pueden competir por un premio nacional, aunque este no sea más que una recompensa por décadas de trabajo no remunerado en el periodismo, u otros géneros. 8.-El odio se combate con paz interna, confianza en la justicia, divina o cósmica, y recordando a sus victimas, los 25 de noviembre de cada mes.