Opinión

28 años de ausencia

28 años de ausencia

Mercedes María Nina, ¡madre mía!, hacen 28 años de tu triste partida a las regiones infinitas, y parece que fue ayer aquel sábado seis de febrero de 1988.
Y amaneciste ese día, al parecer muy bien, y estable lucias. Ana Luisa, María Teresa (Teté), Sonia y Siria junto a la gran Juanita te llevaron al baño y luego te vistieron y empolvaron, y todas ellas se sentaron junto a ti en la mesa a desayunar.

Cercano a las 9:45 de la mañana, las muchachas te informaron que partirían hacia los Estados Unidos, pues tenían cerca de 30 días cuidándote, hablando temas diversos y reiterando lo mucho que te agradecían y adoraban, y así recordando cosas del ayer.

Recuerdo aquel domingo 28 que nos encontrábamos en la vivienda de Papo, y allí estaba entrañable hermana tía Doña Luz que a solas hablaba contigo.
A poco ratos, ella nos llamó a todos, y con el cariño que ustedes siempre se prodigaban como flores eternas, Tía Doña Luz te dijo: ¨Bombola aquí están tus hijos: si tú tienes algo que decirles o algunas quejas, este es un momento oportuno para que le expreses a cada uno de ellos¨.

Hablaste como era tu norte, suave y nítidamente, y señalando a cada hijo del amor de tus entrañas, dijiste, cual campana de cielos: ¨no tengo ninguna queja ni sentimientos negativos contra ninguno de ustedes, señalando con el dedo índice de tú mano derecha, que a todos los adoro y venero con el corazón, si tuvieran algo que sintiera en mi pecho se lo hubiera expresado. Ustedes todos han sido mis hijos demasiado buenos, nobles y muy sinceros, y me han ayudado mucho y comprendido. Gracias. Cuando el Señor me llame a su reino, yo estaré preparada para estar junto a él como espero. Sigan unidos, respétense y quieran mucho. Reciban, hijos de mi alma, un fuerte abrazo, mis bendiciones y un beso.¨

A los pocos días, el 6 de febrero, sábado, las muchachas, al contemplar que nuestra madre lucia y estaba en franca mejoría, acordaron dirigirse a sus viviendas en los Estados Unidos, y al despedirse de nuestra madre, esta cual, divino mensaje enternecido les dijo: ¨Que ustedes se van a N.Y. ; eso piensan ustedes… ¨

Y a los pocos minutos mamá se agrava, Papo busca una ambulancia, Sonia me llama a Santo Domingo y me informa de su muerte. Aunque yo tenía preparado dos trajes negros, el impacto que me produjo esta noticia, fue tal que en vez de usar uno de ellos, partí con mi adorada hija Evelyn a San Cristóbal justo al compadre Lic. Lázaro A. Ramos, con un traje amarillo, zapatos marrones y medias de color, y allí luego de contemplar el cadáver de nuestra insigne madre y darle un beso, la doctora Anita Matos Nina, una de sus médicos a quien tanto agradecemos, me dice: ¨ese traje y los zapatos que usas no son aptos para la ocasión¨, pedí excusas, fui a mi apartamento en la casa de mi mamá, donde tenía ropas negras y me vestí así.

Fue un lapso mental y recuerdo, incluso, que nos fuimos a San Cristóbal por la avenida Luperón en vez de hacerlo por otra vía más cercana.
Honore de Balzac: dijo: ¨Jamás en la vida encontrareis ternura mejor, más profunda, mas desinteresada ni verdadera que la de vuestra madre.¨

El Nacional

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