Si pasamos balance al acontecer político en República Dominicana, hay diversas razones para concluir que el expresidente de la Cámara de Diputados, actual alcalde de Santiago y ya candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, Abel Martínez, se lleva este 2022 el reconocimiento como la figura política del año por sus múltiples hazañas.
Abel Martínez ha demostrado una capacidad gerencial con alto sentido de las prioridades justo en la mitad ya de su segundo período como alcalde de Santiago.
Con un trabajo arduo, titánico, dinámico e innovador al frente de la gobernanza municipal, han convertido a la segunda ciudad más importante del país, en el centro de eventos internacionales de relevancia, sin obviar, que los santiagueros, sean de su partido político o no, valoran grandemente el rescate de la Ciudad Corazón que ha realizado Martínez.
A esto le sumamos que las instituciones que velan por el control y desempeño de las alcaldías, mantengan su gestión de manera permanente, entre los primeros lugares de cumplimiento de los diferentes estándares de calidad y transparencia.
No es casual que el mismo Banco Central de la República Dominicana, haya colocado a Santiago de los Caballeros, como la ciudad de mayor crecimiento productivo del país, pues, las inversiones van donde hay potencial de expansión y desarrollo que garantice el retorno de la inversión, lo cual es posible, precisamente por el orden, el embellecimiento y los resultados de una gerencia municipal, que ha impregnado un sello de calidad, valores culturales, conciencia ciudadana y respeto al medio ambiente.
En terreno meramente político, Abel Martínez se ha convertido en un fenómeno dentro y fuera del PLD, algo que inició en el momento mismo de hacer oficial sus aspiraciones presidenciales, impulsado, no solo por su propia determinación, sino, por decenas de líderes peledeístas que veían en él, la carta perfecta para sellar la renovación del partido.
Lo cierto es que se lanzó a recorrer el país rincón por rincón, levantando a los dirigentes y militantes morados que, tras una derrota en el 2020, se encontraban rezagados, golpeados además por una división interna que abrió algunas heridas.
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Abel, empezó a despertar el entusiasmo y el orgullo de la emblemática estrella amarilla, cuando incluso muchos, no se atrevían a sacar cabeza. Él sacó cara, levantó pecho y dijo: somos el PLD, somos el partido del profesor Juan Bosch… y trazó la pauta de un dinamismo que lo llevó, no solo a salir victorioso con un 62% ante sus cinco compañeros aspirantes, sino, que logró vencer incluso, focos de resistencia de pequeños grupos dentro de su mismo partido, que representan el ejercicio ortodoxo de la política, de los cuales, algunos estaban direccionados hacia otros posibles escenarios.
Supo colocarse por encima de todo eso, y de un oficialismo que, junto a otras figuras de la oposición, apostaban a dos cosas: primero que la consulta del PLD fuera un fracaso y segundo, que saliera ganador otro diferente, que quizás hubiera sido señalado por un dedo mágico, que terminara llevándose de cuajo, toda posibilidad de convertir al PLD en una verdadera opción para retornar al poder en el 2024. Contra todo ese tipo de pronóstico… Abel venció.
Hoy, convertido en candidato presidencial del PLD, Abel Martínez ha recibido todo el apoyo de las más destacadas figuras que representan el liderazgo de su partido, encabezado por su presidente, Danilo Medina, quien ha cedido los principales escenarios del partido, para quien ha dicho, será el próximo presidente de la República Dominicana.
La candidatura de Abel Martínez, sin duda, ha concitado respaldo dentro y fuera del PLD, a un punto tal, que su fortalecimiento como candidato, seguido por la estela de resultados y grandes logros en su gestión como alcalde, lo han colocado en un punto tal de popularidad, que ciertamente ha generado inquietud en el sector oficialista, que desde antes de que Abel resultara ganador, con sus acciones, el gobierno lo había escogido como su contrincante, tratando, entre otras cosas, aumentar acciones y presencia en la ciudad corazón, y en múltiples ocasiones, tocando los escenarios en donde días antes, el exitoso alcalde cibaeño había estado presente promoviendo sus aspiraciones.
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Sí, sin lugar a dudas Abel Martínez ha sido la figura política del 2022. Toca ahora, impregnar su dinamismo y determinación para movilizar a la militancia del partido que se caracteriza por ser la maquinaria electoral mejor estructurada en todo el país.
Sea partidaria o no de Abel Martínez, reiteramos que, siendo además el candidato presidencial más joven de todos, es quien presenta la mayor experiencia de Estado de los que aspiran de cara a las elecciones presidenciales del 2024, pues ningún otro posee dentro de su vida política, la conjugación de los roles de fiscal adjunto, fiscal titular, diputado, presidente de la Cámara de diputados (el más joven y de mayor permanencia consecutiva en el cargo) y el mejor alcalde del país.
Dicho esto, el panorama político en el venidero 2023, se torna interesante y marca incluso, una forma renovadora, diferente y muy particular de hacer política, pues si algo ha demostrado, es que es un hombre de decisiones firmes, que mira fuera del cuadrado, sin mirada miope y con una férrea determinación cuando asume sus roles.