Cada día que transcurre acerca más la fecha del periodo de elecciones para los próximos cuatro años, previsto para iniciar en febrero con las nuevas autoridades municipales.

Y así también crecen las expectativas sobre el impacto que esos comicios podrían tener en las candidaturas al Congreso Nacional y la Presidencia de la República. Y es obvio, porque esas futuras estructuras pueden incidir en esos resultados finales.

Pero, además, las firmas encuestadoras son contratadas para obtener las proyecciones sobre los posibles resultados.

Así las cosas, por los resultados que se ha n hecho público en las más recientes mediciones, el presidente Luis Abinader se mantiene sólidamente posesionado como claro favorito en las preferencias del electorado para continuar las riendas del poder después del 2024. Y eso no debe causar sorpresas porque para eso ha trabajado.

En la más reciente encuesta, dada a conocer esta semana por la empresa radiofónica RCC Media, destaca que Abinader, como eventual candidato del PRM y aliados, obtendría el 49.1 % de votos en las próximas elecciones presidenciales de 2024. La misma investigación señala que el expresidente Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo y aliados, cuenta en la actualidad con un 22.2 % de aceptación; y Abel Martínez, del PLD y aliados, con 15.5 %.

En cuanto a las elecciones municipales, por partidos, la intención de voto es: PRM y aliados: 50.1 %; PLD y aliados 15.5%, y FP y aliados 19.7 %.

Todas estas proporciones reflejan una ruta definitiva en los resultados de las elecciones que se aproximan y define claramente un camino cada vez más despejado para una eventual repostulación del jefe del Estado para los próximos cuatro años. Abinader tiene a su favor una importante carpeta de realizaciones que bien le sirve de plataforma frente a sus principales adversarios que deberán conformarse con hacer promesas y tratar de desvirtuar lo logros de la actual administración.

Frente a todo este escenario es obvio que el oficialista Partido Revolucionario Moderno se abocará al diseño de su estrategia proselitista apoyada en esos números favorables que mantiene el presidente Abinader, su principal carta de triunfo.

Y frente a esos resultados, sus opositores buscarán alternativas para tratar de desmontar ese sólido posicionamiento de Abinader, no obstante enfrentar una gestión de gobierno en medio de dificultades heredadas desde el mismo momento que se colocó la banda tricolor sobre sus hombros.

Jerez Wisky

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