En el escenario del Gran Caribe hace tiempo -por lo menos desde el 2018-, que se despliega la Primera Guerra Híbrida Global, tan volátil, cambiante, confusa y difusa . Y los dominicanos debemos tomar conciencia de lo que eso significa, de las implicaciones gravísimas que tiene para nuestra Nación y sus derechos inalienables.
Sin embargo, el liderazgo nacional en general, no termina de darse por enterado. Solo reacciona a las presiones o demandas exteriores en el día a día, con el desarrollo de los acontecimientos. Confía en que nuestro aliado y socio mayor, los EEUU, evitarán lo peor: que los conflictos en curso, provenientes del entorno exterior remoto o cercano, y que están interconectados, revienten en la Isla y terminen en una vorágine de gran violencia, caos e intervenciones, con proyección en todo el continente y el mundo.
Si bien estamos de acuerdo con la decisión del Presidente de respaldar a EEUU en su cambio radical de enfoque en la lucha contra el Crimen Organizado Transnacional-que ha penetrado tanto en la región-, en un momento crítico en que se derrumba el orden global cimentado en cadenas integradas de suministro, multilateralismo, multiculturalismo y transhumanismo, también tenemos serias reservas frente a la actitud- evasiva, vacilante, miope -, de buena parte de los poderes del Estado y del liderazgo nacional y social.
El Presidente Abinader se alejó del Pacto de Nación para Políticas Públicas de Estado antes de intentar ejecutarlo, para refugiarse en las fórmulas elusivas, holgadas, del informe del CES, el compromiso con los Ex Presidentes y el alto empresariado.
Y todo eso a pesar de que era evidente que la política exterior EEUU está en plan de denunciar, revisar y rectificar su aviesa política “de la solución dominicana a los problemas de Haití”, cuyo última maniobra fue denunciada desde abril del 2024, por el entonces Senador Rubio, actual Secretario de Estado.
Éste señaló a grupos radicales de la administración Biden, en alianza con Amnistía Internacional, tratando de trasladar 3 millones de haitianos a RD.
El giro de la política exterior en EEUU solo nos abre una ventana de oportunidad-que podría cerrarse en el futuro-, para que como nación hagamos lo que nos corresponde. Al Presidente y al Congreso le hemos presentado una agenda puntual, prioritaria, inexcusable, para fortalecer nuestra seguridad nacional e internacional.
Nadie lo hará por nosotros… y si no procedemos como nación, tengan la seguridad que nos tratarán peor que una colonia -cosa que en muchos sentidos viene ocurriendo hace tiempo, con la penetración y tutela de agencias foráneas y organismos internacionales, y sus agendas progres woke-, en muchas áreas de la vida nacional.
Por: Pelegrín Castillo Semán
pelegrinhcastillos@gmail.com
