Residentes en zonas de Sabana Perdida, Santo Domingo Norte, afectados por las inundaciones causadas el pasado sábado 18 por un disturbio tropical, se quejan aún de no haber recibido ayuda del Gobierno.

Señalaron que producto del desbordamiento del río Isabela, en Los Coordinadores, La Cucaracha, La Javilla y otros barrios, perdieron todos sus ajuares.

Dijeron que quedaron con una “mano adelante y otra atrás”, debido a que el agua y el lodo que penetró a sus viviendas dañaron todos sus enseres del hogar.

Pidieron a las autoridades acudir a la zona a llevar colchones, muebles, estufas, televisión, tanques de gas, madera, zinc, entre otros, a fin de paliar las calamidades que están atravesando.

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Sostienen que aunque muchas familias han retornado a sus viviendas, algunas están donde familiares y amigos debido a que perdieron todo y no cuentan ni siquiera con camas para dormir.

Señalaron que sus humildes viviendas quedaron en malas condiciones producto de los estragos que causó la crecida del río Isabela, en Sabana Pérdida, del municipio Santo Domingo Norte.

Temen que ahora para “completar” se desate un brote de enfermedades como dengue, leptospirosis, chikungunya y otras afecciones que ocurren luego de las inundaciones provocadas por fenómenos atmosféricos.

“Nosotros queremos que por aquí vengan las autoridades porque perdimos todo durante estas intensas lluvias que dañaron hasta nuestras casas, como usted puede ver se llevó hasta el piso el río”, precisó Josefa de la Cruz.

El señor Roble Molina dijo que “aquí ahora lo que vienen son enfermedades porque nadie ha venido a tomar medidas para evitar que se propaguen en esta zona”.

Villa Marina

A seis días de las fuertes lluvias en República Dominicana que provocaron al menos 30 muertos, cientos de familias permanecen fuera de sus casas porque están llenas de lodo y perdieron todos sus ajuares, en barrios como Villa Marina y Los Girasoles, en el Distrito Nacional.

Tanto en Villa Marina, próximo al kilómetro 9 de la Autopista Duarte, la cañada Juan Valdez arrasó con cientos de hogares, donde el agua y el lodo dañaron colchones, neveras, estufas, prendas de vestir, mercancías en pequeños negocios, pero sobre todo, causando daño psicológico.

La situación en Los Girasoles es similar, donde cientos de viviendas no han podido ser ocupadas, debido a que permanecen llenas de basura, agua y lodo, a pesar de que la crecida del arroyo Manzano se produjo el pasado fin de semana.

Santiago Jerez, propietario del colmado Nuevo Milenio, en Villa Marina, narra que para él ha sido una tragedia el desbordamiento de la cañada Juan Valdez, ya que penetró al establecimiento y dañó todas las mercancías, los congeladores, con pérdidas que sobrepasan los 700 mil pesos.

“El agua me tapaba a mí, aquí dentro, las mercancías se fueron todas”, dijo.