SANTIAGO. La arquidiócesis de la Iglesia católica local declaró que las inundaciones de la semana pasada ocurridas en gran parte del país, con un saldo trágico, ponen al desnudo las precarias situaciones de pobreza y miseria en que viven millares de dominicanos.

En su editorial titulado “Solidaridad para siempre”, del semanario nacional católico Camino y que circulará a partir del próximo domingo 26 de los corrientes, la Iglesia también precisa que en estos momentos se debe dejar a un lado los intereses personales y políticos y acudir cuanto antes a ayudar a los nuevos damnificados.

Cita que en el mensaje del papa Francisco, con motivo de la reciente jornada mundial de los pobres, se resalta que cada día nos comprometemos a acoger a los pobres, pero que eso no basta.

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“Un río de pobreza atraviesa nuestras ciudades y se hace cada vez más grande hasta desbordarse; ese río parece arrastrarnos, tanto que el grito de nuestros hermanos y hermanas que piden ayuda, apoyo y solidaridad se hace cada vez más fuerte”, subraya Camino.

Indica que esas palabras parece como si se hubieran escrito para nuestro pueblo, tomando en cuenta la triste y dolorosa situación que están viviendo tantas familias como resultado de los más de 300 milímetros de lluvia, a causa del disturbio tropical en la semana pasada.

“Hay llanto y tristeza por las personas fallecidas y también hay incertidumbre por aquellos hermanos que lo perdieron todo, y que están a la intemperie”, puntualiza Camino.

Señala que: “estos hermanos nuestros vienen a sumarse a la lista de damnificados que van quedando cada vez que llegan estos fenómenos naturales, dejando al descubierto la miseria y el abandono en que viven”.

Refiere Camino que es hora de actuar, dejando atrás las discusiones inútiles, ya que cada minuto que se pierde buscando culpables por lo ocurrido en algunas construcciones es un tiempo que se resta a la solidaridad.

“Fomentemos la unidad por encima de los intereses políticos. El país lo necesita. Vayamos en auxilio de quienes hoy pasan por momentos difíciles”, concluye la publicación católica.