El Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo afirmó que muchos de los logros que hoy día exhibe la República Dominicana se explican en parte por la adopción de la integración y la apertura comercial como estrategia al inicio de los años 90.
El ingeniero Temístocles Montás al intervenir esta mañana en el seminario internacional: “Los signos de los nuevos tiempos y los procesos de integración de Centroamérica y el Caribe” dijo que “hemos de valorar que en el caso particular de República Dominicana, podemos contar buena noticia como resultado en gran medida de la apuesta que decidimos hacer a la apertura comercial y a la integración regional a partir de la década de los 90s”. Reconoció que “por supuesto, hay muchos e inmensos desafíos”.
Sin embargo, citó que se han realizado importantes reformas, y el clima de inversión es más propicio para el crecimiento sostenido.
Además, la matriz productiva es más competitiva; la estructura exportadora es más diversificada; hay más y mejores empleos; “y muchos de los logros económicos y sociales que exhibimos se explican en parte por la adopción de la integración y la apertura comercial como estrategia”.
En su intervención, Montás reflexionó que son y seguirán siendo signos de los nuevos tiempos la apertura comercial y la creación de bloques de integración regional.
“Se trata de una estrategia ineludible, aunque no suficiente, para avanzar en la creación de sociedades prósperas, con crecimiento económico sostenido e inclusivo y con creación de empleos de calidad”, dijo.
Una segunda reflexión d fue que “pese a la complejidad creciente del panorama de la integración en la región de América Latina y el Caribe (ALC), intensificado por las visiones diversas y poco conciliables en torno a cómo procurar el desarrollo para nuestras sociedades; precisamente, por este fin último, es estratégico apostarle siempre la integración económica regional, así sea contra toda esperanza”.
Es decir, planteó, seguir el esfuerzo por la integración, en la seguridad de su invaluable aporte al logro del propósito común: el bienestar para nuestras sociedades.
“Podríamos reflexionar por vía contraria para sacar una conclusión afirmativa: ¿qué sería de nuestra economía y del desarrollo social dominicano si no hubiésemos apostado veinticinco años atrás a la apertura comercial y a la integración como estrategia de desarrollo?, se preguntó.
De acuerdo con Montás República Dominicana tiene vigentes al día de hoy cinco acuerdos comerciales: esto incluye uno con los Estados Unidos, su principal socio comercial.
El ultimo que se firmó, el de asociación económica con la Unión Europea y los países miembros del CARIFORO, entró en vigencia el 1 de enero de 2009.
Coexiste con el acuerdo que la República Dominicana suscribió con los países de la Comunidad del Caribe (CARICOM).
También, la República Dominicana tiene un acuerdo comercial con los países de Centroamérica, que coexiste con el acuerdo que firmó con los Estados Unidos y Centroamérica, más conocido como RD-CAFTA.
Además, la República Dominicana también mantiene un acuerdo de cobertura parcial con Panamá que otorga preferencias arancelarias a un número limitado de productos.
Al momento de la firma del DR-CAFTA, República Dominicana, tenía acceso preferencial al mercado de los Estados Unidos para la gran mayoría de sus exportaciones. Este acceso, sin embargo, se basaba en una concesión unilateral y contaba, a su vez, con limitaciones relacionadas con las normativas de origen (procesos productivos que deben cumplirse para fines de gozar de las preferencias).
Previo al DR-CAFTA, el 92% de las exportaciones dominicanas a los Estados Unidos entraban libre de aranceles. La tasa arancelaria efectiva era de apenas 1.1%, concentrándose los gravámenes en una serie de confecciones textiles. En cambio, en la República Dominicana, la tasa arancelaria promedio aplicada por la República Dominicana a los productos norteamericanos era de 8.5%, que al sumársele el 13% de Comisión Cambiaria, superaba el 21%. Para los productos terminados alcanzaba el 43%.
A esto se le suma que en el 2005 finalizó el desmonte del Acuerdo Multifibras de la OMC, eliminando las barreras cuantitativas (cuotas) a los productos textiles de China y de los demás países asiáticos, lo cual impactó negativamente el desempeño exportador del sector textil dominicano.
Bajo el DR-CAFTA se acordaron incrementos de acceso comerciales en cinco áreas: 1) bienes, 2) servicios, 3) inversiones, 4) propiedad intelectual y 5) compras gubernamentales. Para su implementación, el país estableció nuevas normativas y modificaciones de leyes que otorgaban mayor seguridad jurídica y certidumbre a los agentes económicos.
En términos de bienes, la República Dominicana se comprometió a liberalizar el 100% de sus gravámenes arancelarios para los productos industriales en un periodo no mayor a 10 años. Este periodo culminó el 1ro de enero del 2015. Para los productos agrícolas y agroindustriales el plazo máximo fue de 15 años, desmontándose gradualmente hasta el 1ro de enero del 2020. Para un grupo muy limitado de productos agrícolas el plazo fue de 20 años (arroz, muslos de pollo, algunos productos lácteos, y otros).
En el 2003, año que se lanzan las negociaciones del DR-CAFTA, el 47% de las exportaciones dominicanas a los Estados Unidos se concentraban en textiles; en la actualidad apenas representan un 15%. Esta importante merma ha afectado tanto los niveles de exportación como el saldo comercial. Sin embargo, esto es reflejo de algo positivo: diversificación productiva y peso creciente de exportaciones de manufacturas de mayor valor agregado y contenido tecnológico.
Las exportaciones de confecciones textiles cayeron de US$1,921 millones (2015) hasta US$851 millones (2014); una caída de 56% en el período. Esto contrasta con un crecimiento de las exportaciones agrícolas y agroindustriales de US$479 millones a US$917 millones; o sea, un crecimiento de 91% en el período. El resto de exportaciones de productos industriales registró un incremento modesto de sólo 10% en el período.
Una buena noticia es que en este contexto la República Dominicana ha tenido avances notables en términos de reestructuración de su matriz productiva. Por ejemplo, en el marco del RD-CAFTA, República Dominicana ha reducido su dependencia en textiles y su matriz
se encuentra mejor balanceada en productos industriales (textiles, instrumentos médicos, equipos electrónicos, calzados, joyería), y productos del sector agrícola (principalmente cigarros). La diversificación otorga menores vulnerabilidades, pero hace más difícil un crecimiento agregado.
También, en el periodo, la República Dominicana implementó una serie de reformas y cambios estructurales que le han permitido mejorar su clima de negocios y los niveles de competitividad. Sin embargo, el desafío es lograr que esas reformas y mejoras del clima de inversión se reflejen en mejores niveles de competitividad, mayores inversiones y más participación en el comercio regional y mundial.
Por otra parte, citó el ministro, la República Dominicana fue el único país del DR-CAFTA que legalmente logró mantener esquemas de coproducción con Haití, bajo el programa de acceso preferencial a los Estados Unidos del CBTPA (Iniciativa de la Cuenca del Caribe). Posteriormente (en 2006),Estados Unidos aprobó la iniciativa HOPE (Haitian Hemispheric Opportunity through Partnership Encouragement Act), la cual fortaleció estos elementos de coproducción entre Haití y la República Dominicana
El 88% de las exportaciones de Haití se concentra en confecciones textiles, destinadas prácticamente en su totalidad a los Estados Unidos. Las exportaciones dominicanas hacia Haití se estiman en unos US$400 millones, y están destinadas principalmente a la industrial textil, siendo República Dominicana el principal suplidor de insumos en este sector.
Por su parte Puerto Rico llegó a representar el 17% de las exportaciones dominicanas a los Estados Unidos en el año 2000. Sin embargo, en 7 de los últimos 10 años Puerto Rico ha tenido desempeños negativos en su economía lo que se ha reflejado en una caída de nuestras exportaciones de forma tal que para el 2014 representaban el 14% del total de nuestras exportaciones, impactando así el desempeño de las exportaciones agregadas a los Estados Unidos (las cuales incluyen a Puerto Rico).