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Agenda Global

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Rescate de la política

 

Recordaba en estos días aciagos para el ejercicio político que en el 2003 participé en el programa matutino de Huchi Lora quien, al conocerme de niño y no reconocerme exposición partidaria, me preguntó que hacía en esos menesteres. Mi respuesta fue que había decidido “no dejarle la Política a los políticos”. Desde ese momento me refería a esa con mayúscula, la que Felipe González clama en su último libro que requiere de “un rescate urgente” porque “en la política hay una pérdida de credibilidad generalizada”

Fiel a mi hábito de leer ensayos con vocación a aportar conocimiento y, sobre todo, de compartirlos con la amable lectoría cuando sus análisis resultan de interés, reconozco que este titulado “En busca de respuestas” El liderazgo en tiempo de crisis” (Debate, 2013) del presidente del gobierno español por el Partido Socialista Obrero Español de 1982 al 1996, es uno de los más lúcidos que he tenido oportunidad de apreciar en los últimos años.

El breve espacio de una columna no permitiría examinar en toda extensión y profundidad las corrosivas críticas y los innovadores conceptos que Felipe vierte en esta obra. No obstante, por tratarse de un líder de sobresaliente trayectoria e indiscutible trascendencia global, sugiero aprovechar sus sabias recomendaciones para comenzar a superar el “desprestigio y descrédito de la política” que tanto afecta al país.

Para Felipe y estamos contestes, “la política no se ha adaptado aún a las exigencias de la nueva situación mundial y a la nueva economía abierta”. También advierte que son responsables los políticos por permitir el “triunfo del todo mercado” en “menosprecio de la política como arte de gobernar el espacio público que compartimos en el mundo interdependiente de la globalización”. Pone el ejemplo de la grave crisis financiera que azotó el mundo desde el 2007, cuya superación pasó por las “intervenciones masivas” de los gobiernos, ergo de los políticos, para paliarla.

Propugna Felipe, sin el debate ideológico que ha llevado “a un bloqueo estéril de las respuestas que necesitamos”, por la vuelta de esa Política que “debe asumir la función de regular sensatamente la contradicción de intereses propia de una sociedad libre y ocuparse que el ciudadano no esté solo, a merced del mercado, para ser capaz de representar los intereses generales… y de rescatar la economía real”. Y remata que esa Política debe volver “convocada, impulsada y redefinida por la sociedad civil…”.

Ahora bien: ¿cómo plantea Felipe que esto se haga? Lo primero es que considera, aunque comprensible, “una tontería quejarse sin más de los políticos. En lugar de ello, lo que se debería hacer es sustituirlos”. También sugiere lo mismo con los partidos políticos y los dirigentes que no sintonicen con el reclamo ciudadano de “mejorar la calidad y el contenido de la política” mediante el aporte de ideas y la promoción de una mayor participación desde una “sociedad civil fuerte”.

Al final, recomendar la lectura de este libro de Felipe a los más jóvenes para que no dejen el ejercicio de la Política a “los que hacen uso de la política en beneficio personal y no al servicio de los ciudadanos…”.

El Nacional

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