“Lo que pudo haber sido…”

A mi hermana Yvelisse en sus 60’s.

Cuando tenía seis años le decía a mis amiguitos de correrías, juegos y montería allá en “La Chiva”, barrio de Santiago ubicado después de la “Junta de los dos caminos” eufemísticamente llamado “Villa Progreso”, que cuando cumpliera los 42 años sería Presidente del país o ya me habría muerto.

Ninguna de las dos cosas aconteció, así los hijos de don Américo, los de Manolito y los de Rosa, entre otros, que oyeron mi predicción, se estarán preguntando qué fue de mí al ver llegar la fecha y no lograrlo, y de paso no morirme. Nada, seguí. Como he seguido ante decenas de metas y proyectos truncos. Tal y como se debe hacer: seguir.

Lo grande en todo esto es que pude haber sido…Que no haya sido no significa que sea un perdedor, simplemente no tenía, a los seis años, ni la más remota idea de lo que debía hacer para lograr ser presidente.

Américo hijo, Richard, Manolito, Rafael, Alfredo, Juanito, Melanio, Apolinar, Eugenio y tantos otros de mis amiguitos de entonces, de seguro no me creyeron, ni siquiera deben acordarse, pero debo decirles, diez y seis años después de haber pasado la fecha meta, que lo intenté, y que he sido exitoso en otros proyectos y facetas de la vida, sobre todo gracias a que en gran parte de ellos apliqué una metodología que me ha ayudado, además, a mantenerme medianamente cuerdo: siempre he seguido principios de bien, más o menos apegado a la honestidad, al servicio de los demás y con sentido de humanidad.

El que algunos sueños no se hayan dado pudo estar ajeno a mi voluntad, errores de cálculo o simplemente porque pudieron haber sido y no fueron. Sin embargo, aún estoy aquí y si puedo seguir cumpliendo con este regalo que es hacer “algo más que salud”. PD. Hice esfuerzos por acompañar a mi hermana es su cumpleaños 60 de mañana, pero ella bien sabe que la tendré presente cada segundo.