La pava no pone donde ponía

Ahora que se han publicado los estudios de audiencia de la empresa Nielsen en los cuales hay una abrumadora cantidad de programas enlatados que ocupan los primeros lugares de preferencia en la parrilla programática de las principales televisora del país, se nos ocurre decir y resaltar algo.

“El Show del Mediodía” ocupa el primer lugar en el ranking de la programación diaria de televisión, compitiendo en su horario con telenovelas de alta audiencia .

Lo propio sucede con “Pégate y Gana con el Pachá entre los programas semanales de entretenimiento, teniendo de frente a las tandas dominicales de películas de cine en los demás canales.

Tanto Iván Ruiz como Frederick Martínez le dan un mentís a quienes se dejan arropar de la programación enlatada foránea que está en los primeros lugares de audiencia y de patrocinio publicitario en los canales nacionales.

Ambos están dando la cara por la televisión de factura local, con todo y los estigmas que señalan al Pachá como “dicharachero y controversial”, como el calificativo de “gallinero” que le dan al Show del Mediodía.

¿Qué están haciendo Ivan Ruiz y El Pachá, en sus programas, que gusta tanto a la gente, hasta el punto de competir con los enlatados y estar ambos en el primer lugar según las mediciones de la empresa Nielsen?

Sería bueno analizar eso, porque de alguna manera puede ayudar a aquellos que se mantienen frente al muro de las lamentaciones, llorando a puro dolor, quejándose de que no pueden competir con los enlatados, y que han sido desplazados de la preferencia de la teleaudiencia.

Cierto es que vivimos una época de dificultades y de grandes cambios en los medios de comunicación, y la televisión no es la excepción.

Pero seguimos insistiendo en que la lucha es posible. Pero para ello se hace necesario implementar la creatividad y el ingenio en los contenidos.

Ya la gente está harta de que en la tele de factura criolla se le siga dando “más de lo mismo”.

Hay gente que se ha quedado en los 80’s, “en Belén con los pastores”, como dicen, y no se han dado cuenta de que “ya la pava no pone donde ponía”.