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AUSENCIA DE LÍDERES: Mediocridad preside ocaso luminarias

AUSENCIA DE LÍDERES: Mediocridad preside ocaso luminarias

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Tarea de abisales reflexiones desde tiempo ha dominado el pensamiento del autor de esta entrega dominical a El Nacional, concerniente al ocaso de las luminarias en todo el palpitar de la interacción humana, que percibimos todos como un desiderátum fatal y preocupante en el evidente perigeo de las luces, diluida por la mediocridad.

Iniciemos el tránsito reflexivo del evidente descenso del protagonismo del talento, la ausencia del flujo de adrenalinas y testosteronas, desierto de las iniciativas grandiosas, disipadas por el conformismo, sinónimo de mediocridad, y no asumir con coraje, los grandes retos, por la inercia cobarde, vituperable y ruin, de sentarse en la puerta de la casa esperando ver pasar el cadáver de la irresponsabilidad.

Dilucidando con mi gran amor Virginia el tema concerniente a la reducción considerable y preocupante de la captación de audiencia en la 90 edición de los Oscar de la Academia de Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos el día cuatro de este mes, que experimentó un bajón de interés de 26.5 millones a 19.4 millones, pormenorizo el tema, materia de análisis interpretativos, para hurgar, reflexionar y determinar los por qué de la gran ausencia de luminarias.

“El problema es que ya no tenemos estrellas, excepto vuestro presidente, es broma, por supuesto”, tuiteó el presidente Donald Trump, en relación a la disminución del interés de sus paisanos en seguir las incidencias de la más alta premiación al cine norteamericano.

Pero no es broma, sino alusión directa, en broma, de un drama de deficiencia y ausencia de luminarias.

La revista The Hollywood Reporter consignó en su edición del día cinco de este mes que es la primera vez que la gala de los Oscar se contrajo a menos de 30 millones de espectadores, cuando en el ceremonial de 2017 atrajo la atención de 32.9 millones de televidentes.

La forma del agua, del realizador mexicano Guillermo del Toro, un film que alude la cuestionable política migratoria hacia México del presidente Trump, cargó con los lauros del mejor guión, contundente censura al presidente Trump con los nacionales de su vecino del sur, tradicional falla de la política estadounidense con México, que en su momento, motivó a que el dictador general Porfirio Díaz exclamara angustiado:
“Pobre México, tan cerca de los Estados Unidos y tan lejos de Dios”.

El presidente Trump, cuando aludió a la ausencia de estrellas en el cinema norteamericano de hogaño, con las excepciones de Morgan Freeman, Dencel Washington, Harrison Ford y Meryl Streep y Joseph De Niro, el más grande actor viviente a mi consideración, sin mencionarlos, evocó a todos las figuras estelares de antaño Marlon Brando, en Nido de Ratas; Un tranvía llamado deseo y El Padrino, Jimmy Stewart en Winchester 73 y La Ventana, Marilyn Monroe, Merle Oberón, Rita Heywort en Gilda, Rita Moreno, presente en este 90 Oscar, recordando su actuación en West Side Story; Edward G. Robinson, James Cagney, James Mason, José Ferrer en Cyrano de Bergerac, Orson Welles en La guerra de los mundos, Anthony Quinn, el mejor actor de Hollywood de siempre a mi valoración, protagonizando Zorba el Griego, Sueño de reyes y Las sandalias del pescador, Sidney Poitier, el gran John Wayne, Gary Cooper, Kirk Douglas, Paul Newman, Laurence Olivier, Montgomery Clift, Elizabeth Taylor, Lana Turner, Audrey Hepburn, Ava Garner, Gregory Peck, Joel MacCrea, Steve Mac Queen, Burt Lancaster, Clark Gable William Holden, Katharine Hepburn, algunas muestras estelares. ¿Repetibles?

Para no acudir, más atrás, a Douglas Fairbanks, Lauren Bacall, Bette Davies, Marlene Dietritch, John Crowford, Joseph Cotten en El tercer hombre con Alida Vali, Humprey Bogaert en Casablanca con Ingrid Bergman y Claude Rains, gemas del cinema USA con Lo que el viento se llevó con Clark Gable y Vivien Leigh, James Cagney, George Raft, mafioso y grandioso, Gloria Swanson en Sunset Boulevard, Charles Chaplin, y el auge de Cinecitá, con Silvana Pampanini, Silvana Mangano, Sofía Loren, Gina Lollobrigida, Elena Rossi Drago, Claudia Cardinale y Anita Eckberg.
Empecemos el escarceo concerniente a la mediocridad que se enseñorea por encima de la luminaria con el propio presidente Trump, comparándolo con las más recientes figuras presidenciables del general Dwight Eisenhower, John Fitzgerald Kennedy, Jimmy Carter y Ronald Reagan, ¡cuánta distancia, presidente Trump!

Pero abordemos nuestro acontecer dominicano en la política, ausente de grandes líderes que perimieron con Rafael Leónidas Trujillo, Joaquín Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez, y un asomo de despunte de Leonel Fernández, y fin de los liderazgos.
¿O hay otros?

El Nacional

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