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Autopista del Ámbar

Autopista del Ámbar

Elvis Lima

En países como el nuestro, por mucho esfuerzo, anuncios y promesas que hagan los gobiernos, al final de la jornada solo cuenta, en la mente del ciudadano como materia prima del voto electoral, las iniciativas y proyectos que se ejecutan. Desde la muerte del tirano Rafael Leonidas Trujillo, pasando por Joaquín Balaguer hasta la fecha, los presidentes que hemos tenido han marcado su territorio con realizaciones cumbre que siempre son recordadas.

Para nadie es un secreto que la expansión del país en todos los aspectos y esa metamorfosis de 360 grados que hemos tenido, al pasar del ruralismo al urbanismo, ha impuesto nuevos desafíos y metas que los gobernantes no pueden obviar si quieren entrar al récord de los bien valorados y recordados.

Decía Franklin D. Roosevelt, el presidente número 32 de los Estados Unidos, que “el progreso no es obra de la casualidad, sino resultado de la voluntad”.

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En el caso del presidente Luis Abinader con más luces que sombras, desde que llegó a la Presidencia no solo ha tenido la voluntad, sino que ha puesto la mira en la “Autopista del Ámbar”, una infraestructura que quedará en la mente no solo de los ciudadanos de la región del Cibao porque transformará toda su dinámica económica, turística y social, sino de todo el país, porque su impacto será transversal en cuanto a beneficios económicos, debido a lo que representa el turismo como gran generador de divisas.

Como parte de ese compromiso, el Fideicomiso RD-Vial dejó abierta la semana pasada, y hasta el 20 de marzo del próximo año, la convocatoria oficial de la Licitación Pública Nacional para el diseño y construcción de dicha vía, la cual, según los expertos, constituye la carretera troncal más importante del país.

Otro hecho trascendente lo constituye el plazo que tienen los oferentes para presentar sus propuestas, ya que la primera vez que se anunció la licitación fue declarada desierta por falta de interesados. Este nuevo esfuerzo demuestra la perseverancia y el compromiso del Gobierno para llevar a un feliz término una iniciativa de esta magnitud, dejando muy claro que, además de la transparencia del proceso, la calidad debe ser la columna vertebral para garantizar los estándares establecidos en una vía que, por su naturaleza, luce imponente y estratégica, llegando incluso a alcanzar la categoría de necesidad nacional.

Porque en este país la historia siempre termina separando a los presidentes en dos grupos: los que dejaron huellas… y los que dejaron excusas. Con la Autopista del Ámbar, Luis Abinader está apostando a la huella, a la transformación real, a la obra que no se borra con discursos ni con descalificaciones.

Elvis Lima
Limafueraderecord@gmail.co

El Nacional

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