Nuestro sistema solar tiene sólo un año-luz de extensión. Es todo. Nuestra galaxia la Vía Láctea tiene 100 mil años-luz de lado a lado, mientras que Andrómeda, nuestra galaxia vecina, la supera por mucho, con una extensión de 200 mil años-luz. Ambas galaxias pertenecen al llamado Grupo Local formado por unas 40 galaxias, que en conjunto abarcan 2200 años-luz de diámetro. Nos puede parecer mucho, pero en realidad no es nada.
El Gran Atractor es una anomalía gravitatoria, que arrastra unas 5 millones de galaxias a lo largo de una región de 800 millones de años-luz. Se supone que regiones así deben haber miles pero no han sido descubiertas. Hasta donde se sabe, el universo como tal abarca un diámetro de 150 mil millones de años-luz, valor que crece a cada instante un poco más. Así como el tiempo no se detiene, la expansión del espacio tampoco mengua. Algunos han especulado que cada segundo que pasa, el universo se expande unos mil kilómetros en todas direcciones. Si bien no es infinito, desde nuestra perspectiva sí lo es, dadas sus colosales dimensiones.
Esto plantea una pregunta sin respuesta: si el universo es todo lo que hay y no está contenido en nada, ¿cómo puede seguir creciendo todavía más? Lo más asombroso es que se está expandiendo a una velocidad cada vez mayor. Y más insólito todavía, qué el universo puede tener su contraparte, es decir: un antiuniverso, haciendo contrapeso con el nuestro en una balanza incomprensible, pero en equilibrio perfecto. ¿Qué les parece?