El Ministerio de Educación ha abierto un concurso para la contratación de 17 mil profesores que se requieren para nuevas vacantes en el periodo escolar 2015-2016, en cuyo proceso se han inscritos 26 mil 610 aspirantes, de los cuales más de la mitad son profesionales de áreas no pedagógicas.
La mayoría de esos docentes serían ubicados en las escuelas construidas por el Gobierno al amparo del 4% a la educación, incluido el nuevo sistema de tanda extendida, pero las autoridades admiten que confrontan problemas en reclutar personal con la debida habilitación profesional.
En un concurso similar abierto el año pasado, el 59% de los solicitantes no pudo reunir el perfil requerido para laborar en escuelas públicas, sin que se tenga certeza de que la situación haya cambiado favorablemente en este nuevo llamado a reclutamiento.
La revelación de que la mitad de los aspirantes a docentes que se sometieron el año pasado a pruebas de razonamiento lógico quedaron descalificados, y que más del 50% de los que optan este año no son profesionales de la pedagogía, constituyen indicadores desalentadores sobre la calidad de la enseñanza.
Aunque se aplaude hasta el delirio la construcción de nuevas escuelas, es pertinente advertir que el relanzamiento de la educación pre universitaria requiere también de un programa de mejoría de la calidad docente y de rediseño curricular.
Llama la atención que entre los postulantes para maestros de escuelas públicas figuran 886 médicos y centenares de periodistas, ingenieros civiles y electromecánicos, 4,956 contables, a quienes debe atribuirse vocación por el magisterio, pero requerirían de habilitación docente a través de carreras de especialización pedagógica.
Los salarios propuestos en esos concursos oscilan entre 16 mil pesos mensuales para maestros en una tanda; 32 mil para los incluidos en tandas corridas y 39 mil para un profesor de escuela técnico vocacional, por lo que resulta curioso que un médico o profesional de otras áreas liberales aspiren a una colocación laboral con tan modesta remuneración.
La partida destinada a educación básica para este año asciende a unos 120 mil millones de pesos, una cifra considerable que debería reflejar no solo la construcción de nuevas escuelas, sino también la calidad docente y excelencia académica.
