Opinión

Camina, David, camina

Camina, David, camina

Te sirve de ejercicio, y así entras en contacto directo con el pueblo. Vas de tu despacho al mercado de Honduras, en la Correa y Cidrón. Prepárate a ver y enfrentar barbaridades, a pocos pasos del ayuntamiento del Distrito.

La cuadra, toda, entre la avenida Independencia, Churchill e Italia es un muladar cuyo desorden se nos antoja espantoso. Inimaginable en La Paz. Puedes entender cualquier cosa, pero que, a pocos metros, en pleno centro de la Capital haya cobrado cuerpo un desorden de tal magnitud, resulta increíble.

Los vehículos que osan transitar la Correa y Cidrón desde la Churchill van a encontrar con aceras y parte de la vía ocupadas por talleres y negocios que han hecho de la zona algo así como «tierra de nadie». Si logras llegar a la Italia sin una bolladura o rasguño puedes considerarte un sobreviviente.
No te pierdas entre abrazos y besos de viejitas, concéntrate en el desorden. Penetras por una callecita perpendicular a la Independencia, frente a la O&M, donde los gomeros sentaron bandera marcando la pauta para caos que se le ha ido de la mano al ADN.

La calle Primera, detrás de un recinto de la O&M, está completamente ocupada. Peso a morisqueta que no la puedes cruzar montado. A pie debes estar preparado a recibir empujones o estrujones. No exagero. Talleres, gomeros, frituras, tarantines y jugadora de dominó decidieron, simple y llanamente que esa callecita está de más. Y Punto.

Pregúntale a tu colega y amigo Tomás Regalado, alcalde de Miami, cómo solucionó el desastare y la inseguridad que representaba el barrio de Winwood Wall, antes ocupada por bandas. Hoy transformada en una villa artística, con más de 20 mil visitantes que acuden a sus centros culturales y de recreo para apreciar los murales que allí cobran vida.