¿Suprimirán el barrilito?
Señor director:
Durante unos 70 días, el sobre sueldo que usurpan los senadores a través del sonoro barrilito, que es una fina modalidad de atraco que estrangula ética y moralmente la transparencia, la honestidad, la honradez, lo legítimo y lo legal. Hay mucha gente apostando al arrepentimiento de los senadores/as que encabeza la señora Cristina Lizardo, pero aun son más los que apuestan lo contrario, porque esas senadoras y senadores son ñoños y engreídos con esos recursos que se autoasignan cada año en el presupuesto de la nación dominicana. Nosotros creemos que ellos van a imponer y mantener el indecoroso cobro del barrilito, pero aspiramos estar equivocados en ese parecer.
Los diputados/as y su cofrecito entran en el mismo saco de los senadores y senadoras, pues la gente entiende que lo que hizo Abel Martínez y sus colegas con esos recursos fue una estrategia para mejorar su imagen, un intento de limpiar la del presidente de ese hemiciclo que potenciaba su lanzamiento como candidato a la alcaldía de la desacreditada sindicatura de Santiago de los Caballeros. Mientras tanto, los dueños de la Cámara Alta seguirán ordeñando el presupuesto nacional recibiendo ilegalmente unos recursos que utilizan para campaña política permanente.
Por la imposición irracional con maquillaje de democracia el pueblo está expuesto a recibir el pesado golpe de la reelección de la plana de senadores y diputados que sin quererlos nos gastamos en la actualidad. En medio de esa posible amargura el pueblo elevará su voz en este desierto (literalmente hablando) cuando se percate de la repetición como senador del secretario de organización del partido en el poder, del compatriota y compueblano del hoy Presidente de la República. Se trata del ciudadano senador que mas desborda la sombra que opaca ese hemiciclo legislativo.
Y nadie se sorprenda si los dos Féliz, el de San Juan de la M. y el de San Francisco de M, resulten de los mas votados de sus provincias y de su partido, aunque a papeletazos limpios, ya que hay un gran segmento de la población mas necesitada y de poca conciencia, que por enseñanza de la dirigencia politiquera ha relajado el valor de su voto. Barrilito y Cofrecito, ojalá sean suprimidos para siempre.
Atentamente,
Lic. Santiago Martínez

