Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

CARTAS DE LOS LECTORES

Pastoral conservadora
La Iglesia Católica peca de timorata, de más conservadora, en sus últimas proclamas. En la pastoral con motivo de la Independencia no luce su combatividad de otros años, y se va por una plegaria que no llega al corazón de los problemas nacionales.
Habla de la corrupción, pero muy por encima, y de las diabluras de los políticos, sin tocarlos ni lastimarlos. Pide que la sociedad se interese más por la política, para sacarla del lodo, pero no convence.

Como nucleadora del segmento más importante de la sociedad, la Iglesia Católica tiene que ser firme y decidida en sus pronunciamientos, debe fijar posiciones, exigir corrección de caminos y no ser hacedora de un comentario más sobre los problemas del hombre.
La Ley de Partidos, por la que aboga la Pastoral, no aportará nada al beneficio del pueblo. Los males de lo partidos políticos no son por falta de instrumentos que los rijan, sino por la perversión de sus principales autores.

En consecuencia, no es una ley de partidos que se necesita, sino que se echen a los dirigentes y activistas corrompidos, inmorales, y que perjudican a la sociedad por igual. No hay para que tener una ley de partidos, si ya hay suficientes instrumentos legales para regir la política.

Es igual que la mediación, que fue un rol tradicional de la Iglesia Católica, pero que ya no tiene razón de ser, por la sencilla razón de que hay un tribunal electoral, donde deben ir todos los problemas. La justcia no puede tener mediadores; conciliación o sentencia, es lo ideal.
Respaldamos la posición de la Iglesia en relación con Loma Miranda y que se declare patrimonio y reserva nacional. Pero también hay que preguntar quién se preocupa del hambre y la miseria de los campesinos dominicanos. Muchos están de repente interesados en unas lomas abandonadas, cuando nunca han tirado una lágrima por el labriego dominicano que es tan explotado y olvidado como esas lomas.

Con un Papa que se preocupa por los problemas sociales, estas pastorales de la Iglesia Católica deben ser más directas, en busca de mayor justicia y redención. No es tiempo para estar bien con todos, utilizando un lenguaje que peca mucho de diplomático.
No está demás que haya más militancia de la Iglesia, y que rompa con su conservadurismo y ausentismo que se va aplicando en su jerarquía. Amen.

Manuel Hernández Villeta

El Nacional

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