Popularidad del Presidente
Señor director:
El presidente Danilo Medina ha mantenido una alta valoración de popularidad. Es muy buen ratings para un año y nueve meses de gobierno, y todo indica que arribará a los dos años muy bien valorado. Mantenerse de ahí en adelante será el gran reto. Podría romper record o caer en picada según como maneje algunos temas de la palestra pública, aun cuando un presidente no trabaja para hacerse popular, sino para cumplir promesas de campaña y cubrir necesidades e intereses de bienestar de la sociedad correspondiente. .
Si el Presidente Medina aprueba la explotación de Loma Miranda bajará puntos estrepitosamente por colocarse de espaldas a los intereses del pueblo dominicano, que están por encima de cualquier interés económico, político y de grupos. Y, ojo Presidente, sobre algunos senadores no comisionados, que rondan Loma Miranda, pues ese hábitat es muy atractivo para el hombre del maletín.
Igualmente el descenso impactará al Presidente si aprueba la modificación del Código Laboral en la forma que lo plantea el empresariado y los propios representantes del gobierno en perjuicio de los trabajadores/as. Del presidente aspiramos a igual rectitud que la que exhibió con la Barrick Gold. A su favor está, que la sentencia 168/13 no le bajará puntos porque la respuesta suya con el proyecto de Naturalización y Regularización ha tenido acogida casi unánime.
Que mantenga los oídos en el corazón del pueblo, pues le continuarán llegando regalos envenenados como el del Código Procesal Penal, diezmando y anulando derechos adquiridos por la ciudadanía y protegiendo la aberrante corrupción, hija legítima de la perversidad que agobia al pueblo, a tal punto, que es urgente proclamar que en este país no caben más corruptos ni corruptores, ni más tramposos y sinvergüenza, ni mas abusos ni abusadores, ni más desigualdad y pobreza.
La población votó por usted Presidente, para que controle la maldita corrupción y la inseguridad ciudadana que acosa especialmente a la clase media y baja, que no tiene tranquilidad ni para dormir, y peor aún, autoridades y programas que trabajan con ese tema están perdiendo la batalla. No confíe ciegamente ni en los suyos Presidente, y aplíqueles control y mano dura a ver si el barco no se hunde con usted también a bordo, muy a pesar de la alta popularidad que ha conservado hasta ahora.
Atentamente,
Lic. Santiago Martínez