La Policía y el deporte
Señor director:
Es de ingratos no reconocer los grandes esfuerzos que realiza el Presidente por sanear las instituciones gubernamentales, llámese ministerios, direcciones y demás dependencias que arman el esqueleto estructural del Estado.
Quizás es una de las tareas más titánicas si se tiene como referencia las buenas intenciones o el deseo de servirle a los mejores intereses de la nación, pensando siempre en el bien común. No es cosa de estúpidos, ni de románticos como pensaría la mayoría, más por el contrario es casarse con la gloria y hasta con la eternidad.
Retirarse con honor de los espacios terráqueos, merecerse un panegírico honorable leído por un allegado, ante familiares y amigos vale más que todo el dinero acumulado de los hombres poderosos de la tierra que hicieron fortunas engañando, maltratando, traficando, contrabandeando, extorsionando y robándose el dinero del pueblo.
Por más alarde que se haga en el acto solemne de la partida solo quedará detrás del cortejo fúnebre los hechos, opiniones y construcciones que usted hizo en vida. Si hizo el bien se casará con la eternidad: un camino sin tropiezos hacia la paz y la plenitud, Dios le recibirá en su seno con un cortejo de ángeles.
Si hizo dinero mal habido, morirá intranquilo, las huellas dejadas teñidas de sangre, dolor y sufrimiento serán los barrotes que acompañarán la partida a través del fuego voraz de las voces luciferinas que anuncian una tortura eterna. Si usted fue Dios en esta tierra haciendo daño, lavas volcánicas activas cortejarán su desconocido viaje.
La Policía Nacional ha sido víctima de una sociedad podrida, podrida por los políticos corruptos, por narcotraficantes llenos de sangre y ajustes de cuentas, podrida por un Estado permisivo casado con lo ilícito y la componenda. La sociedad tiene que dar un reconocimiento a los buenos policías, que son la mayoría, los cuales a través de largas jornadas de trabajo, poca logística y bajos sueldos han logrado poner en jaque mate a una delincuencia que ya se tornaba incontrolable.
Sin el deporte no se puede hablar de combate a la delincuencia, el deporte es el antídoto de la sociedad, el deporte libera, desintoxica, positiviza, aumenta nuestra calidad de vida, es un graLa Policía y el deporte
Señor director:
Es de ingratos no reconocer los grandes esfuerzos que realiza el Presidente por sanear las instituciones gubernamentales, llámese ministerios, direcciones y demás dependencias que arman el esqueleto estructural del Estado.
Quizás es una de las tareas más titánicas si se tiene como referencia las buenas intenciones o el deseo de servirle a los mejores intereses de la nación, pensando siempre en el bien común. No es cosa de estúpidos, ni de románticos como pensaría la mayoría, más por el contrario es casarse con la gloria y hasta con la eternidad.
Retirarse con honor de los espacios terráqueos, merecerse un panegírico honorable leído por un allegado, ante familiares y amigos vale más que todo el dinero acumulado de los hombres poderosos de la tierra que hicieron fortunas engañando, maltratando, traficando, contrabandeando, extorsionando y robándose el dinero del pueblo.
Por más alarde que se haga en el acto solemne de la partida solo quedará detrás del cortejo fúnebre los hechos, opiniones y construcciones que usted hizo en vida. Si hizo el bien se casará con la eternidad: un camino sin tropiezos hacia la paz y la plenitud, Dios le recibirá en su seno con un cortejo de ángeles.
Si hizo dinero mal habido, morirá intranquilo, las huellas dejadas teñidas de sangre, dolor y sufrimiento serán los barrotes que acompañarán la partida a través del fuego voraz de las voces luciferinas que anuncian una tortura eterna. Si usted fue Dios en esta tierra haciendo daño, lavas volcánicas activas cortejarán su desconocido viaje.
La Policía Nacional ha sido víctima de una sociedad podrida, podrida por los políticos corruptos, por narcotraficantes llenos de sangre y ajustes de cuentas, podrida por un Estado permisivo casado con lo ilícito y la componenda. La sociedad tiene que dar un reconocimiento a los buenos policías, que son la mayoría, los cuales a través de largas jornadas de trabajo, poca logística y bajos sueldos han logrado poner en jaque mate a una delincuencia que ya se tornaba incontrolable.
Sin el deporte no se puede hablar de combate a la delincuencia, el deporte es el antídoto de la sociedad, el deporte libera, desintoxica, positiviza, aumenta nuestra calidad de vida, es un gran oxigenador cerebral, nos integra, es antidepresivo, ansiolítico y por demás es la gran punta de lanza para evitar las adicciones a las sustancias prohibidas como las drogas narcóticas, también el alcoholismo, y hasta el embarazo en adolescentes.
El Ministerio de Deportes está haciendo un flaco servicio al gobierno, al país y a la sociedad dominicana, en esas dependencias el Presidente debe cuidarse y colocar a personas conocedoras del área.
Atentamente,
Dr. Sergio Solis Taveras
Médico sociosanitarion oxigenador cerebral, nos integra, es antidepresivo, ansiolítico y por demás es la gran punta de lanza para evitar las adicciones a las sustancias prohibidas como las drogas narcóticas, también el alcoholismo, y hasta el embarazo en adolescentes.
El Ministerio de Deportes está haciendo un flaco servicio al gobierno, al país y a la sociedad dominicana, en esas dependencias el Presidente debe cuidarse y colocar a personas conocedoras del área.
Atentamente,
Dr. Sergio Solis Taveras
Médico sociosanitario
El Nacional
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