Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

CARTAS DE LOS LECTORES

Crimen insólito

Señor director:

A Harry Cloude Jean (Tulile) un joven haitiano, lo ataron de pies y manos, lo acuchillaron y lo colgaron, en el parque Ercilia Pepín de Santiago y mucho aún estamos atónitos, pues ni remotamente imaginábamos que en nuestra media isla veríamos un acto de barbarie tan insólito. Impactó la primera versión policial y las de otras autoridades judiciales, que sin lugar a duda la lengua les funciona primero que el cerebro, lógicamente cuando son pobres las víctimas de unos monstruos (mal llamados seres humanos) violadores del quinto mandamiento. La agravante es que las autoridades en vez de investigar con seriedad ese caso espeluznante, los que están es divagando y quieren chamuscarlo, a sabiendas de que por razones obvias ese horrendo crimen no puede ser arropado con el manto de la impunidad y ser visto como la lluvia caer, pasó y san se acabó.

De un tiempo a esta parte, en cualquier medio de comunicación reseñan crímenes, que otrora solo veíamos en las películas de terror, y algunos sufríamos pesadillas recurrentes y no dejábamos dormir al resto de la familia. La agravante es, que las autoridades inventadoras respecto a los casos horripilantes, no reciben como sanción ni siquiera una amonestación pública, por eso siguen teorizando, y si alguien lo duda que investigue cuantas versiones han dado del bárbaro asesinato de “Tulile”, quien era un ser humano muy laborioso, según narran sus parientes y quienes con el compartían en el lugar donde hacía trabajos informales para buscar el pan de su familia. En cualquier otro país ya no fueran funcionarios por sus pésimas actuaciones, casi siempre discriminatorias y que en nada contribuyen para que se reduzcan a su mínima expresión los crímenes, protagonizados por clones de Chuqui, el Muñeco Diabólico de una película horripilante.

En nuestro país, solo quienes se entienden santos no se inmutan por la criminalidad creciente, y deberían inquietarse, porque por lo visto y oído todos tenemos que tener las barbas en remojo, pues cualquiera puede ser la próxima víctima, y es razonable, por la cantidad de odio que destilan fanáticos veleidosos, con pretensiones malsanas de instaurar la barbarie. Los sinónimos de ese sustantivo son, ferocidad, fuerza, crueldad, salvajismo e incultura. Y por si no lo saben los gobiernistas nada tienen que ver con la palabra progreso, que tanto tararean. Ojalá el presidente interponga sus buenos oficios y arengue a sus subalternos, para que sin recovecos realicen investigaciones serias y creíbles, como deben hacerlas los buenos estrategas.

 

Atentamente,

Lic. Teresa Gómez

El Nacional

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