Compromisos y grandes retos
Señor director:
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Presidente, usted es hombre creyente, no defraude a su pueblo, jamás cave una fosa para él . Usted debe confesarse ante las tumbas de tantos patriotas que hoy están siendo profanados por su no hacer, y por su mucho dejar pasar. Pídale a Dios que le ilumine la forma de sacar a la República Dominicana de este pantano, y apártese de esas voces demoniacas que le incitan a la ejecución de diabólicos planes donde se articula el crimen de lesa patria que le marcaría a usted para siempre.
Apóyese en el poder del pueblo y podrá comprender que usted está a tiempo de evitar lo que “nunca se ha hecho”, y lo que jamás debe hacer ningún presidente: colaborar para matar la soberanía entregándole el país a los enemigos históricos y presentes, abriendo las puertas a fuerzas oscuras de donde saldría lo peor para lo peor: aniquilarnos como nación, y poniendo a todo riesgo nuestra historia, cultura e identidad. Señor presidente, piense bien ¿por qué habría usted de amolar cuchillo para su garganta, la de su familia y la de su país?
Presidente, reflexione, al menos, sobre Jean Dessalines, quien fuera el azote, y criminal sin piedad contra nuestros antepasados en este mismo territorio, por qué querría usted convertirse en una nueva versión dessalinesca? Si de algo puede servirle, observe y medite el contenido de nuestro escudo nacional: su origen, su historia, sus colores y todo el conjunto simbólico que habita en su interior. Hay verdades históricas, que lejos de ignorarlas, deben ser reivindicadas para no repetirlas, por eso, observe el escudo y mire en él el Evangelio de San Juan recordándole aquello de “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libre”.
Mucha gente dice que la fusión con Haití está al doblar de la esquina, Esperamos que no, sin embargo, apelamos a que el señor presidente, en nombre de la comunidad nacional, despierte a la realidad histórica pasada, y al porvenir que nos aguarda si usted en lugar de responder desafiante, e incluso informándole a la ciudadanía lo que está sucediendo, continua sin actuar a la altura de las circunstancias. De usted se requiere una actuación sistemática, rápida y coherente. Apéguese a la herencia duartiana, y actúe, decididamente, contra los planes fusionistas que buscan el hundimiento de nuestro país.
Atentamente,
Melania Emeterio Rondón