Sufriendo por otros
Señor director:
Durante décadas los presidentes de la República difunden con gallardía un crecimiento económico y reducción de la pobreza que la mayoría de la población no cree, pues no percibe mejor calidad de vida ni menos pobreza, sino más riqueza para un grupo que se lleva en las uñas dicho ascenso económico. Se cubren en la pantalla de unas cuantas infraestructuras, algunas muy buenas y necesarias, cuya maniobra estrangula la transparencia y demás valores sin los cuales no habría una efectiva formación ciudadana, como ocurre hoy, con medio país sufriendo la vergüenza que otros no conocen.
Así, la violencia y la delincuencia que vive el país, poniendo en ascuas la ciudadanía como está ocurriendo en Santiago y San Cristóbal, hace sufrir a unos por otros. Las autoridades no han querido controlar la falsificación de medicamentos ni el sicariato que son la misma desgracia. A pesar de los desaciertos y escándalos públicos del director de Idecoop, el Presidente Medina no lo ha sustituido por una persona con capacidad de convivencia, tolerancia y transparencia. ¿Será hijo del mandatario? Los críticos del acuerdo Leonel/Danilo encontraron eco de miembros del CC del PLD, coinciden que lo pactado apuñala la democracia y contraviene la Constitución. ¡Lo dicen peledeistas!
Si el Presidente no cumple las promesas de campaña ¿por qué creer que cumplirá en un segundo mandato? Es una grande vergüenza que la generalidad de los funcionarios del Estado no haya hecho su declaración jurada de bienes, pero también da vergüenza que el Presidente Medina no le haya aplicado la ley. ¿Mala intención e irresponsabilidad compartida o contubernio e igualdad de soberbia? El pasado dictamen de No ha lugar a Félix Bautista lo sufrió el pueblo; y el de agosto próximo se espera igual, pues los jueces de las Altas Cortes son todos una misma cosa, salvo escasas excepciones.
Pagar dos mil millones de pesos a la empresa constructora de la carretera Santo Domingo Este/Samaná, por los vehículos que dejan de pasar por esa vía, se parece mucho al viejo contrato con la Barrick Gold. Eso duele y avergüenza. ¿Hacia dónde va el país si no se cree en sus instituciones, ni en sus gobernantes?; (ni en la PN, ni en la Justicia, ni en los síndicos, regidores, ni alcaides, ni en la CDEEE, ni en el MIC, ni en los congresistas, ni en la DNCD, ni en las zacatecas siquiera. Sufrimos la vergüenza que otros no tienen.
Atentamente,
Lic. Santiago Martínez